NUEVA OBRA DE RAMÓN CUENCA SANTO

Santiago Rodríguez López (28/02/2019)


 

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El pasado domingo 24 de febrero, se bendecía en la Parroquia de la Purísima Concepción de Huelva el monumental conjunto escultórico de Nuestra Señora del Carmen y las Benditas Ánimas del Purgatorio, última obra del escultor e imaginero Ramón Cuenca Santo. Tallado en madera de cedro, plateada, estofada y policromada al óleo, el grupo escultórico alcanza los 3,25 metros de altura total, constituyendo el trabajo de mayor envergadura en la carrera del artista alicantino.

Titular de la Asociación Parroquial de Nuestra Señora del Carmen, recupera para el culto del referido templo onubense la devota representación de las Almas del Purgatorio, presente a los pies de la iglesia hasta su última restauración, cuando el Lienzo de Ánimas quedó instalado en la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad. Al igual que en aquella versión pictórica, se representa a la Virgen conforme a la iconografía carmelita como mediadora para la salvación de quienes aguardan entre las llamas.

Representando distintos estamentos de la vida terrenal, tres almas desnudas escenifican una agitada escena que describe una marcada estructura piramidal, cuyo vértice superior lo encontramos en la figura masculina que alza los brazos para alcanzar el escapulario que sostiene la Virgen. A ambos lados, las figuras de una reina y un fraile personifican que el poder o la vida religiosa no eximen de responder ante Dios por las acciones realizadas en la tierra. Éstos delimitan, con su movida pose, los vértices inferiores de la composición, evidenciando actitudes marcadamente distantes; por un lado, la reina dirige el lloroso semblante a la Virgen, apretando la mano contra el pecho y extendiendo la izquierda en actitud suplicante; en contraposición, la figura del religioso, cabizbajo y afligido, queda recogida en oración y establece un sereno diálogo con el espectador.

De la misma base emerge una nube plateada, sobre la que se asientan la Virgen y el Niño, rodeados de un grupo de ángeles; uno de ellos vuela sobre el fraile, clavando una lanza rematada por una cruz y un ramo de azucenas sobre la demoníaca criatura que encarna el mal; a la misma altura, un delicado querubín besa el pie izquierdo de María. En la zona superior de la nube escoltan a la Señora dos angelitos, uno de ellos sostiene una bandeja de orfebrería con más escapularios mientras el otro contempla al Niño en actitud de oración.

Todo el dramatismo que emana de la representación del purgatorio se diluye gradualmente según asciende la composición hasta las imágenes de Jesús y María; esta última extiende la pierna derecha sobre la nube, atenuando el movimiento hasta el leve giro que describe la testa. Por su parte, el Niño se yergue sobre las rodillas de la Virgen en un clásico contraposto, sosteniendo con ambas manos el pequeño escapulario. La solemnidad de ambos personajes y la serenidad con la que dirigen sus miradas al fiel, contrastan con el gesto apasionado de las ánimas, estableciendo una clara distinción entre la condición humana de quienes suplican y la presencia de lo divino, a través de Cristo y su Madre como puerta del cielo.

Dadas las dimensiones del ambicioso conjunto, Ramón Cuenca Santo ha contado con la colaboración de distintos profesionales para atajar las distintas fases del proyecto. En las labores de policromía de las tallas han colaborado los artistas murcianos Andrés Carrasco Pérez y Santiago Rodríguez López, quien participa habitualmente en este proceso sobre las obras del escultor alicantino; mientras que tanto el dorado de los paños y las alas, como el plateado de la nube, han corrido a cargo del taller de Manuel Lorente Montoya, quien también ha trabajado en la estructura interna del conjunto.

A Manuel Lorente corresponde asimismo la talla y el dorado de la peana sobre la que se asienta el grupo, siguiendo un dibujo de Santiago Rodríguez López, a quien también ha correspondido el diseño de las coronas de la Virgen y el Niño. Estas preseas han sido labradas en plata y plata sobredorada por el orfebre sevillano José Manuel Benet, así como el resto de atributos de orfebrería, cuyo diseño en este caso es de Sergio Cornejo Ortiz.

 

Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de la obra a través del icono que encabeza la noticia.

 

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