Escultura sacra con el título de Señor del Sufrimiento, de talla completa en madera de cedro a tamaño natural (mide 175 cm de altura), totalmente anatomizada y policromada al óleo por el escultor e imaginero de El Puerto de Santa María (Cádiz). Su destino es el barrio del Agrimensor de la ciudad de Jerez de la Frontera.

Esta pieza encaja en la representacion de la llegada de Jesús al Gólgota, y está previsto que en un futuro la acompañe un grupo de figuras de misterio que simulen empezar a despojarlo para seguidamente clavarlo en la cruz, lo que tradicionalmente se conoce como los preparativos para la crucifixión de Cristo.

La imagen aparece con las manos atadas a la espalda, la cabeza herida por las espinas de la corona y las carnes amoratadas por los latigazos y las contusiones, incluidas las de las caídas en el trayecto al monte Calvario; por lo que es de suponer, pese a la actual posición de los brazos, que cargó él mismo con la cruz.

Lo anterior también se refleja en el rostro extenuado y doliente que simboliza perfectamente su advocación. No obstante, no musita una queja, ha aceptado su condición de víctima y no pone condiciones a su propio sacrificio; tan solo suplica al Padre las fuerzas necesarias para afrontarlo con la fortaleza que le corresponde.