Son dos figuras de tamaño natural realizadas por Darío Fernández para el nuevo complejo parroquial Jesucristo, Buen Pastor de la mancomunidad de Islantilla (Huelva), un proyecto arquitectónico de 1.200 metros cuadrados cuya ejecución fue encargada en 2013 a los arquitectos Antonio Millán y Mercedes Iglesias.

Estas tallas en cedro policromado aluden a la alegoría evangélica que da título a dicha iglesia: el Buen Pastor y su Madre. Jesucristo es representado como el pastor que apacienta al rebaño (símbolo del pueblo de Dios en el cristianismo) y devuelve presuroso al redil a la oveja descarriada (símbolo del pecador).

Respecto a la imagen mariana, sedente sobre un taburete, sostiene al Niño sobre su pierna derecha mientras señala al cordero (alma cristiana) una imagen que es toda una celebración eucarística.

Las hechuras muestran unas tonalidades en los ropajes que translucen los detalles y el trabajo de la madera. Con ello el escultor hispalense les confiere unos matices recios y austeros que concuerdan con la identidad del templo costero para el que han sido realizados. Ambas fueron entregadas el pasado mes de julio.