NUEVAS OBRAS DE DARÍO FERNÁNDEZ
23/03/2023
Figuras de los apóstoles Juan y Pedro para el paso de misterio de la Oración en el Huerto de la hermandad homónima del municipio gaditano de El Puerto de Santa María. Son tallas completas a tamaño natural en madera de cedro policromada al óleo e inspiradas en el proyecto que Luis Ortega Brú abocetó para la referida corporación de penitencia, pero que finalmente no pudo llevarse a cabo al completo. Para el grupo portuense de la Oración en el Huerto, el célebre artista sanroqueño realizó la magnífica escultura de Egudiel o el ángel confortador (1970) y la efigie de Santiago (1974), que vuelve a procesionar ahora tras ser restaurada y conservarse durante décadas en las dependencias de una hermandad que es conocida popularmente como la Cofradía del Olivo. Ya hemos apuntado que el proyecto de Ortega Brú contemplaba también las tallas de los apóstoles Pedro y Juan, dormidos bajo un olivo al igual que Santiago. Hasta las obras que ahora se estrenan y la remodelación del misterio -que ha incluido nuevo suelo simulando un monte de piedra y un tronco de olivo-, la cofradía procesionó unas tallas de San Juan (1977) y San Pedro (1976) realizadas por Carlos Valle Hernández en bulto redondo, así como otra de Santiago Apóstol de Juan Luis Doello (1991), quien convirtió las dos primeras en imágenes de vestir a semejanza de su creación. Anteriormente, en 1981, Francisco Javier Tejada había remodelado profundamente las imágenes de Valle Hernández. Como hemos indicado, con estas nuevas piezas de Darío Fernández se evoca el diseño original de Brú para el conjunto procesional que acompaña al Cristo tallado en 1961 por Francisco Pinto Berraquero. Dicha evocación se centra mayormente en la composición y en el difuso modelado de los paños, recordando el manierismo derivado de Miguel Ángel en el que Brú apuntaló, junto al expresionismo de origen alemán, su peculiar estilo. Los rostros, las anatomías y las policromías de Juan y Pedro, pertenecen exclusivamente al sello personal del reconocido escultor e imaginero sevillano, que aunque se muestra más rotundo de lo habitual con estas piezas, se mantiene muy fiel a sus estudiadas maneras y a la sensibilidad que caracteriza su trabajo cuando retrata unos semblantes masculinos que simbolizan dos de las etapas vitales del hombre: la juventud y la madurez. |
Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de las obras a través del icono que encabeza la noticia.
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