Con esta obra que lleva por título Piedad de Magdala, el artista coloca en la iconografía también conocida como de la Sexta Angustia a María Magdalena en el papel de la Virgen, que no queda en segundo plano pero sí apartada del momento en que Jesús es recibido por sus seres queridos tras ser bajado de la cruz.

De esta manera, la Madre figura a la derecha de una escenografía que imita el Monte Calvario en el que figuran el cráneo de Adán y varios atributos de la Pasión, de espaldas al espectador, presa de un violento dolor que incluso la tienta a clavarse el puñal que sostiene en su mano derecha, llevando al plano físico la popular simbología de la Dolorosa con el puñal en el pecho como señal de su desconsuelo.

La galería fotográfica incluye otra instantánea del Ecce Homo, teniendo como Cristo al mismo modelo, así como un montaje del making off que muestra detalles de las cuatro horas de maquillaje necesarias para su caracterización. Para la cruz de la Piedad se ha empleado un ciprés del cementerio de Rociana del Condado.