La última versión que el escultor e imaginero ubetense Antonio Espadas Carrasco ha llevado a cabo sobre la iconografía del Cristo Yacente tiene como destino la localidad cordobesa de Pedro Abad. No pudo ser presentado en su momento debido al confinamiento establecido como medida restrictiva contra la pandemia del COVID-19. Ahora es cuando la imagen ve la luz oficialmente de cara a su presentación y bendición.

La escultura mide 176 cm de altura y ha sido realizada en madera de cedro real tallada y policromada al óleo. Se trata de una interpretación de Cristo-hombre en la sepultura, de raíz naturalista y muy humana, con el brazo derecho reposando sobre el rehundido vientre y las piernas y las manos quebradas por el suplicio de la crucifixión, quedando el cuerpo suavemente ladeado hacia su derecha.

Estos últimos detalles, junto con las semejanzas fisonómicas, acercan esta obra a una de las creaciones más populares del artista hasta la fecha, el "Cristo de la Paz" de Hellín (Albacete) del conjunto escultórico del Traslado al Sepulcro, una obra presentada en La Hornacina el 16 de abril de 2011.

Del Cristo Yacente para Pedro Abad les informamos con motivo de la entrevista que le realizamos en 2019 al reconocido artista. La concepción de sus rasgos anatómicos y el trabajo de los cabellos lo sitúan en la esfera del realismo barroco. Su rostro resulta, todavía dolorido y con los ojos y la boca muy abiertos, resulta conmovedor, permitiéndose el autor la licencia de añadir una lágrima de cristal para emocionar aún más a los fieles.