La Frick Collection de Nueva York siempre ha sido rica en pinturas españolas, especialmente en obras pintadas por Diego Velázquez, El Greco y Francisco de Goya. El fundador del museo, el empresario Henry Clay Frick, compró tres lienzos de El Greco en sus viajes a España, y actualmente cuelgan juntos formando parte de El Greco en Nueva York (ver enlace), una exposición organizada en colaboración con la Frick Collection, el MET de Nueva York y la Hispanic Society para conmemorar el 400 aniversario de la muerte del artista.

En el año 1904, antes de adquirir esas famosas pinturas, Henry Clay Frick compró un autorretrato de Bartolomé Esteban Murillo, pintado hacia 1650-1655. La obra, que ha permanecido en la colección privada de la familia desde entonces, fue heredada por el nieto de Frick, el doctor Henry Clay Frick II, quien falleció en 2007. Ahora su viuda, Emily T. Frick, ha decidido recientemente cederla para su exhibición dentro de la colección permanente de la Frick Collection, situada en la Quinta Avenida de Nueva York.

El autorretrato muestra al artista como un hombre joven -Murillo tenía unos 30 años cuando lo pintó-, ataviado con la gorguera propia de los caballeros y con una expresión de gran seguridad en sí mismo. La pieza es valiosa no solo por su calidad artística, sino porque Murillo solo hizo dos autorretratos. El otro, pintado unos 20 años más tarde, se conserva en la National Gallery de Londres (imagen inferior). Ambos tienen marcos que son trampantojos de piedra pintados en el mismo lienzo. El autorretrato más temprano está deliberadamente envejecido, lo que probablemente refleja la fascinación de Murillo por las antigüedades, mientras que el de la National Gallery se encuentra en un estado más prístino.

A partir de hoy, el autorretrato de la Frick Collection se halla expuesto en el South Hall del museo, a los pies de la gran escalinata. La institución posee otros excelentes autorretratos, como el Rembrandt, que data más o menos de la misma fecha, pero ahora se convierte en el único museo estadounidense con uno de Murillo.

Conocida por ofrecer el mejor arte europeo sin grandes aglomeraciones y mayor intimidad entre el visitante y los cuadros, la Frick Collection tiene así nueve obras de arte español en exhibición, y esta última de Murillo es única y es uno de los ejemplos más importantes del pintor sevillano en Estados Unidos.