Los trabajos efectuados por la empresa abulense Babelia Conservación y Restauración de Bienes Culturales han comprendido principalmente el retablo y las pinturas murales del presbiterio de la Catedral de Mondoñedo. Se trata de la primera de una decena de actuaciones enmarcadas en el Plan Catedrais puesto en marcha por la Xunta de Galicia en los grandes templos catedralicios del territorio y que destina 6,5 millones de euros al referido templo, que también ostenta el rango de basílica y se halla dedicado a Nuestra Señora de la Asunción.

Estas actuaciones en cuestión han contado con una inversión de 270.000 euros y han sido cofinanciadas con el programa FEDER Galicia 14-20. El equipo de Babelia ha actuado en el conjunto mural del presbiterio, crucero y nave principal del templo, así como en el retablo y en la sillería del coro.

Previamente a dichas actuaciones se detectaron importantes humedades debido a las filtraciones de agua hacia el interior de la bajocubierta, además de daños por pudriciones y roturas en la estructura de madera que soporta la cubierta de losas sobre las bóvedas de la basílica-catedral.

En el caso de las pinturas murales al óleo, se realizó un estudio medioambiental recogiendo las medidas de humedad y temperatura y se documentaron las características técnicas de la superficie. Simultáneamente se realizó la restauración del conjunto mural con diferentes limpiezas, consolidando estratos pictóricos y aligerando barnices oscurecidos. Se hizo también una reintegración cromática para dotar al conjunto de una correcta lectura que pusiera en valor los restos de policromía que se conservaron ser desvirtuar el ciclo pictórico.

En el caso del retablo, se desempeñaron trabajos de fijación y asentado en aquellos estratos de policromía que por su debilidad de adhesión al soporte presentaban riesgo elevado de pérdida. También se aplicó un tratamiento antixilófagos y se actuó en la carpintería para las zonas de soporte debilitadas y en los casos necesarios. Durante los trabajos también se retiraron elementos metálicos añadidos que no ejercían ninguna función en la actualidad. Asimismo, la limpieza superficial descubrió los colores originales, retirando manchas en algunas zonas de las encarnaciones.

En la sillería o "cadeirado" del coro, se procedió a la limpieza y eliminación de sucesivos barnices antiguos.

Unas intervenciones que se suman a las que la Xunta de Galicia lleva impulsando en la Catedral de Mondoñedo en los últimos años, como la restauración de vidrieras o de la portada occidental, así como la restauración de la cubierta y claustro o la de la Casa dos Coengos, este último un edificio del siglo XIX que está situado en la parte trasera del templo catedralicio. También en Mondoñedo, el Gobierno autonómico impulsa la restauración de la capilla de la venerable Orden Tercera del antiguo Convento de Alcántara. 

Con todos estos trabajos, llevados a cabo con el horizonte puesto en el  Xacobeo 2027, se revaloriza el papel de la Catedral de Mondoñedo como uno de los más destacados recursos patrimoniales de la Marina lucense y del Camino del Norte integrado en la Ruta Xacobea.

Tanto las pinturas murales como el retablo se ejecutaron como una unidad ornamental única, lo que hace del espacio presbiterial un conjunto excepcional que ha pervivido hasta nuestros días. Mañana lunes, 8 de agosto, entre las 19:30 y las 21:00 horas tendrá lugar en la Casa dos Coengos una conferencia sobre los trabajos realizados por parte de los técnicos de Babelia. A continuación, se celebrará un concierto por parte de la Escola Municipal de Música de Mondoñedo, que interpretará la misa romántica "Coro Mestre Pacheco".

En 1769, el pintor leonés José Francisco Terán contrata con el Cabildo de la Catedral de Mondoñedo la ejecución del retablo que habría de presidir la capilla mayor, labor que completaría entre 1771 y 1773 realizando, primero, las pinturas de los muros y bóveda del presbiterio y, segundo, las de la bóveda del crucero.

El retablo se estructura en dos cuerpos y tres calles: la central alberga la Asunción de María a los cielos, en donde es recibida por la Santísima Trinidad; a los lados en medallones, San José, San Joaquín y Santa Ana, estos dos últimos formando pareja. Debajo, los santos Rosendo y Martín de Dumio, ambos muy vinculados a la diócesis mindoniense y cuyas reliquias la catedral había conseguido poco tiempo atrás. El retablo se prolonga lateralmente por medio de dos alas, en donde dos nuevos medallones dan cabida a los santos Pedro y Pablo. Encima de Pedro se dispone la Fe, mientras que sobre Pablo figura la Esperanza. La Caridad, aún cuando no aparece personificada, queda significada a través del Santísimo Sacramento que alberga el tabernáculo. En el basamento del retablo conviven dos grupos de figuras femeninas: sibilas y alegorías.

En la bóveda del presbiterio encontramos pintadas las cuatro virtudes cardinales, alternadas con una serie de símbolos marianos: la estrella, el sol, la luna, el Arca de la Alianza, el pozo, la torre, la puerta y el ciprés. Cuatro nuevas prefiguraciones marianas reaparecen en las paredes del presbiterio, en este caso antropomórficas: las llamadas Mujeres Fuertes. Por último, en la bóveda del crucero se recogen las siguientes escenas: el Juicio de Salomón; la victoria de Josafat sobre los amonitas y los mohabitas; Ezequías destruyendo los ídolos paganos: las piedras paradas, los postes sagrados y la serpiente de bronce; y Josías profanando los altares al inmolar en ellos a los sacerdotes de los Altos Lugares, cumpliéndose así el vaticinio del profeta de Betel.

A tenor de lo expuesto, este programa iconográfico, rodeado por angelotes de talla, debe ser interpretado a partir de las enseñanzas que la Contrarreforma predica en relación a los fieles y María, que es presentada pura y asunta a los cielos; en sus papeles de mediadora, corredentora, intercesora, distribuidora de gracias y protectora contra los enemigos, pero también como modelo de comportamiento para acceder a la gloria eterna.