Gracias al depósito efectuado por el coleccionista Adolfo Autric Amarillo de Sancho, el Museo Provincial de Lugo ya acoge entre sus fondos la escultura Santa María Magdalena penitente atribuida al escultor e imaginero barroco Gregorio Fernández (Sarria, Lugo, 1576 - Valladolid, 1636), figura capital de la Escuela castellana de escultura.

La obra es de bulto redondo y fue adquirida en el mercado del arte por su propietario, que la ha cedido por cinco años prorrogables a la referida institución. Se cree que su procedencia primitiva es conventual. Mide 80 x 40 x 33 cm y fue realizada en madera tallada y policromada, si bien la policromía que vemos actualmente no es la original de la figura.

Entre los meses de junio y octubre de 2013 esta Magdalena penitente estuvo expuesta en el Museo de Bellas Artes de Córdoba (MBACO) dentro del programa Obra Invitada. Allí fue definida como una pieza que reflejaba lo escrito por el jesuita Ignacio de Loyola en sus "Ejercicios Espirituales": el instante congelado, la mirada absorta ante el crucifijo que sostiene en su mano derecha, mientras lleva la izquierda al pecho, y el severo ascetismo, visible en sus raídas vestimentas pero no todavía en su rostro ni en su cuerpo como consecuencia de la abstinencia y los ayunos de la penitente.

Se la representa caminando mientras medita en la soledad de la naturaleza. A sus pies vemos plantas, un cráneo que alude a lo trascendente de la muerte y su atributo más popular: el tarro de perfume con el que ungió a Jesús.

Gregorio Fernández nació en Sarria, localidad de la provincia de Lugo ubicada a menos de 30 km de la capital. Continuó con la tradición de la imaginería castellana iniciada por Berruguete y Juni, que profundizó desde Valladolid, donde el rey Felipe III había establecido su corte, convirtiéndose en el máximo exponente de la escultura barroca del momento.