DONAN AL MUSEO D'ART DE GIRONA UNA PIEZA PERDIDA DEL RETABLO DE SANT FELIU
27/04/2024
El Museu d'Art de Girona ha recibido la donación de una pieza que pertenecía al antiguo retablo mayor de Sant Feliu de Girona. El museo expone y conserva buena parte del conjunto del retablo, mientras que otra parte se encuentra en la Basílica de Sant Feliu de la ciudad catalana. La asociación Amics del Museu d'Art, que puntualmente apoya al Museu d'Art de Girona con adquisiciones para sus fondos, fue la encargada de comprar la pieza, y el pasado jueves se recibió y se hizo efectiva su donación al museo. La pieza, un fragmento de 123 x 90 cm, es obra del escultor de origen burgalés Pere Robredo, activo en Girona entre los años 1507 y 1512. Robredo realizó la decoración de todo el cuerpo alto del retablo, incluidos los guardapolvos, así como las figuras secundarias que ornamentan los montantes. Su obra es el resultado de un trabajo de taller, caracterizado por la introducción de detalles, ornamentos y elementos propios del renacimiento plateresco castellano. El fragmento en cuestión formaba parte de una de las cornisas o aleros laterales, llamados guardapolvos o "polseras" en Aragón y Cataluña, que rodean el retablo a manera de marco. En el rico y variado programa iconográfico del retablo de Sant Feliu, los guardapolvos laterales estaban dedicados a la iconografía del árbol de Jesé, representación de la genealogía de Jesucristo desde Jesé, padre del rey David, hasta José de Nazaret, padre terrenal de Jesús. Una temática que servía para reforzar el enlace entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. |
Este fragmento, con un personaje coronado que lleva una maza en la mano, correspondería a uno de estos reyes de la dinastía, sin poder identificar por el momento cuál de ellos. Del guardapolvo original solo se conservan 12 fragmentos de tracerías y de estos tan solo uno de ellos, de 287 cm de largo, con figuras de reyes. El retablo mayor de la iglesia de Sant Feliu de Girona (en la imagen inferior, el retablo antes de la Guerra Civil) fue una obra de grandes dimensiones y complejidad ejecutada a lo largo de dieciséis años, de 1504 a 1520. Hoy es uno de los mejores ejemplos conservados de transición del Gótico a los nuevos modelos del Renacimiento en Cataluña. En su ejecución trabajaron diferentes artífices: Joan Dartrica (1504) realizó la obra de madera y la talla decorativa o tracería; la imaginería se encargó a Juan de Aragón (1505), Pere Coll y Pere Robredo (1507); y el dorado y pintura fueron realizados por Pere de Fontaines (1515) y Joan de Burgunya (1518), quién finalizó la obra el 1520. El retablo aconteció un grandioso conjunto de cerca de 15 metros de altura y 11 metros de anchura, así como uno de los más caros del momento, pagado en buena parte gracias a mandas testamentarias. Esta nueva pieza viene a completar el conjunto de un retablo que en 1936, al inicio de la Guerra Civil, se desmontó de Sant Feliu y se almacenó en la catedral de Girona. En 1943 se construyó un nuevo retablo para la Basílica de Sant Feliu aprovechando partes del antiguo: fragmentos de los laterales, las figuras del apostolado y la imagen central de la Virgen con el Niño. Las otras partes se conservan en el Museu d'Art de Girona, expuestas en una sala dedicada al retablo. Con todo, durante los años de la guerra y posguerra, el retablo fue objeto del expolio privado y algunos fragmentos fueron a parar a manos de coleccionistas particulares. |
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