Como les informábamos el pasado 11 de diciembre, esta escultura sacra, titulada María Santísima en su Soledad, fue la escultura galardonada en la séptima edición de la Bienal Sebastián Santos Rojas, celebrada en el municipio onubense de Higuera de la Sierra. Pueden observar que la pieza, de bulto redondo y tamaño natural, representa a la Virgen Dolorosa, sedente y abatida tras la crucifixión del Hijo en el Monte Calvario.

Pese a los enrojecidos ojos y a las numerosas lágrimas que manan por su semblante, es creación de dolor recogido, callado, y composición de gran austeridad, acorde en parte con los clásicos de la escuela castellana desde el modelo mariano impuesto por Juan de Juni. La Señora lleva su mano derecha al pecho, mientras la izquierda sostiene la corona de espinas con la que fue martirizado Jesús.

En opinión del historiador José Francisco López, hablamos de una interesante talla, en la que se mezcla el realismo contemporáneo con la influencia de la escultura romántica, próxima a algunas de las creaciones del zamorano Ramón Álvarez, caso de la imagen mariana del paso de la Lanzada de Zamora.

Pulsando en la imagen, accederán a más fotografías de una efigie que carece de preseas y lleva como elementos postizos dichas lágrimas de cristal, ojos de pasta vítrea y pestañas postizas en los párpados superiores.