La nueva imagen del escultor natural de Torreperogil (Jaén) es una Virgen Dolorosa de candelero, de 170 cm de altura, realizada completamente en madera de cedro policromada, que tiene por advocación María Santísima de los Dolores. Pertenece al grupo parroquial del Santo Entierro de Cristo de Peal de Becerro (Jaén), con sede en la parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación.

Por su temática y su advocación, el escultor ha plasmado el sentimiento de dolor de la Madre ante la muerte y sepultura de su Hijo. Muestra un afligido semblante y pálidas carnaciones, envuelto todo ello en el misticismo, el ascetismo y un profundo dolor, dotándola a su vez el autor de gran belleza y sensibilidad.

En su fisionomía, Paco Malo Guerrero ha expresado el dolor en el hinchamiento del rostro por el llanto prolongado, de ahí los ojos hinchados y caídos por el llanto, la nariz rotunda y los labios muy abiertos, emitiendo un desgarro estremecedor. La cara es amplia y redondeada, con la barbilla aprestada en relación con el sentido circular del óvalo, y la frente ancha y despejada.

Su estilizado y estudiado torso responde a la mujer de época con poco pecho, ceñida cintura y prominentes caderas. Este juego de líneas conforma un estable y valiente candelero. Los brazos poseen articulaciones de bola en hombros, codos y muñecas. Lleva dos juegos de manos, unas abiertas y otras cerradas con gran fuerza, denotando en sus colores y hoyos en los dedos la tensión de la Madre al sufrimiento de Cristo.

Esta efigie, que acompañará al fiel a la oración al estar llena de unción religiosa, fue bendecida el pasado 10 de febrero en la fiesta de estatutos de la Hermandad del Santo Entierro de Cristo, en el templo de la Encarnación de Peal de Becerro. El cartel anunciador del acto (imagen inferior) es obra también de Malo Guerrero.