La última creación llevada a cabo por la escultora e imaginera sevillana Guadalupe de Guzmán Molina es una Dolorosa para una colección particular del municipio gaditano de Sanlúcar de Barrameda.

La talla, de candelero para vestir, muestra, por petición expresa del cliente, rasgos juveniles, así como una mirada frontal, tres lágrimas de cristal en sus mejillas, pestañas superiores postizas y una cabellera algo despeinada, tallada y pintada por la artista a dos aguas.

La cabeza de la imagen mariana está realizada en madera de cedro, sus manos son de caoba y el candelero de pino. De tamaño natural, mide 150 cm de altura y se encuentra policromada al óleo y patinada.