El último trabajo de la escultora e imaginera hispalense, con taller en la Plaza del Pelícano de Sevilla, ha venido de Málaga. Se trata de la remodelación de una Virgen Dolorosa de propiedad particular, cuya advocación es Nuestra Señora del Amor y Esperanza, que ha consistido en la aplicación de una nueva policromía de mayor calidad y el retoque de algunos aspectos para mejorar la anatomía de la cara y del cuello.

Respecto al semblante de la talla, Encarnación Hurtado ha perfilado las cejas en doble arco; ha retallado la nariz, suavizando las aletas de la misma; ha tallado de nuevo los labios y la forma de la boca, con dentadura completa en su interior; ha resaltado los pómulos, y rebajado el volumen de los lóbulos de las orejas.

Por otro lado, ha perfilado también la línea que separa la cara del cuello, ha tallado un rodete en la zona inferior de la cabellera, ha colocado nuevos postizos (pestañas superiores de pelo natural y cinco lágrimas vítreas) y nuevo sistema de articulaciones en las muñecas, y ha ejecutado un nuevo candelero, tapizado y realizado en madera de cedro. La altura actual de la Dolorosa es de 164 cm.

La policromía que ahora presenta la Virgen posee los tonos sonrosados y la gran riqueza de matices tan propios de la artista. Como hemos apuntado anteriormente, esta efigie se encuentra recibiendo culto en un oratorio privado malagueño. Muy pronto les ofreceremos información sobre una escultura de pequeño formato que Encarnación Hurtado Molina ha llevado a cabo para Utrera (Sevilla), su localidad natal.