El Teatro del Falcone, en el Palacio Real de Génova, abre al público desde el próximo 10 de noviembre hasta el 10 de marzo del año 2019 una importante exposición, comisariada por Daniele Sanguineti, dedicada a la figura del célebre artista genovés Anton Maria Maragliano, reconocido autor de esculturas sacras en madera, sobre todo de bellos y conmovedores crucifijos, elegantes estatuas marianas y grandiosos grupos procesionales.

Se trata del primer evento expositivo que da cuenta del perfil monográfico del artista, abordado a lo largo de los siglos por varios ilustres expertos; y en los últimos veinte años, de manera específica y profunda, por el comisario de la muestra Daniele Sanguineti, que ha realizado un detallado análisis de su trayectoria desde una perspectiva archivística y filológica, aumentando en gran medida el catálogo de sus creaciones.

La necesidad de satisfacer las exigencias de la numerosa clientela a través de bellas imágenes, hizo posible, desde principios del siglo XVIII, la creación de un verdadero monopolio artístico que obligó a Maragliano a llevar a cabo una estructura empresarial estructurada. Dos generaciones de discípulos y colaboradores fueron recibidas en las dependencias de Strada Giulia, donde Maragliano tuvo su taller, dando lugar al fenómeno de la divulgación del lenguaje del maestro; lo cual representa el aspecto más fascinante, aunque problemático, del acercamiento al escultor, ya que sus púpilos continuaron sus propósitos más allá del fin de setecientos.

La muestra Anton Maria Maragliano. 1664-1739, instalada en las salas del Teatro del Falcone, propondrá un discurso expositivo con un doble enfoque: por un lado, el itinerario cronológico, con los modelos culturales de referencia, los inicios, el taller y la intervención progresiva de los discípulos; por otro, una serie de secciones temáticas, articuladas en grupos de obras catalogadas por iconografía o impacto escenográfico.

La exposición comenzará con los lugares comunes de Maragliano, evocados a través de una serie de documentos, grabados y acuarelas útiles que ilustrarán las etapas de su aprendizaje y los ambientes que albergaron el espacio de trabajo del maestro a lo largo de los años. A ello le seguirá una sección dedicada a sus precedentes, formada con obras de los artistas con los que se formó Maragliano, desde Giuseppe Arata y Giovanni Battista Agnesi hasta Giovanni Battista Bissoni y Marco Antonio Poggio.

Un lugar propio en la muestra lo ocupa el magnífico "San Miguel Arcángel" del municipio de Celle Ligure (Savona), encargado a Maragliano en 1694. La obra constituye un testimonio imprescindible del nuevo y delicado dinamismo que el artista infundió en la escultura lígnea, capaz de introducir en la tridimensionalidad del simulacro la fuerza apasionada y poderosamente barroca de la pintura contemporánea.

El paso para la cofradía de los disciplinantes de Rapallo, encargado en 1700, revela cuánto las lecciones de Bernini, filtradas en la ciudad gracias a la presencia de su discípulo Pierre Puget en los años 80 del siglo XVII, constituyeron otro polo de referencia esencial para Maragliano, que demostró en más de una ocasión, como artista de talento que era, haberla comprendido y asimilado perfectamente.

Las técnicas de trabajo, desde la elaboración de los modelos de arcilla hasta la colaboración de Maragliano con los pintores, especialmente los de Casa Piola, constituirán un estudio de particular interés en Anton Maria Maragliano. 1664-1739, que hará comprensible el proyecto creativo del maestro en la totalidad de su proceso.

También el enfoque progresivo de algunos crucifijos, grandes o pequeños, de capilla, presbiterio o procesionales, supondrá una muestra de la sustancial renovación conferida por Maragliano a tan popular iconografía, hasta el punto de convertirse en un cliché repetido hasta la saciedad por sus seguidores.

Una serie de espectaculares madonnas, sentadas sobre tronos, y un extraordinario paso procesional -"San Antonio Abad contemplando la muerte de San Pablo Ermitaño", hoy perteneciente a la hermandad homónima de Mele (Génova)- ejemplifican los valores de la teatralidad de las composiciones maraglianescas, sobre las cuales el biógrafo Ratti, reflejando la opinión de las gentes, escribió que "tienen todo el aire del Paraíso".

También se expondrán en Anton Maria Maragliano. 1664-1739 trabajos de pequeño formato, que permitirán apreciar plenamente la experiencia técnica del maestro, así como objetos provistos de gran refinamiento, sagrados y profanos, encargados por las familias nobles para sus colecciones privadas. El discurso concluirá con una alusión a la compleja gestión de la herencia maraglianesca, gracias a la presencia de algunas piezas realizadas por los discípulos más aventajados.

Dada la rica presencia de obras de Maragliano en Génova, la muestra saldrá de los muros del Palacio Real para continuar en la ciudad, donde serán debidamente señalados esculturas y pasos procesionales que aún hoy en día se conservan en sus lugares de origen, como la "Piedad" de San Mateo, el "San Francisco estigmatizado" del Padre Santo, los "Dolientes" de la capilla Squarciafico en Santa Maria delle Vigne y el "San Pascual" de la Santissima Annunziata, que no han podido ser trasladados por su complejidad. De este modo, diversos lugares participarán en el itinerario de la exposición, lo que facilitará el acceso a los mismos de los visitantes, también en colaboración con la Oficina de Arte Sacro de la Curia Arzobispal de Génova.

Este importante evento expositivo también estará acompañado por un catálogo científico, que incluirá estudios y fichas de las obras expuestas, y por "Maragliano: estudios y restauraciones", unas jornadas de un día de duración, organizadas con la participación de la Universidad de Génova y de la Soprintendenza Archeologia, Belle Arti e Paesaggio per la città metropolitana di Genova e le province di Imperia, La Spezia e Savona, en las que se abordarán reflexiones específicas y se presentarán los resultados de las restauraciones más recientes.