El autor jerezano realiza su primera creación personal con esta imagen de la Virgen Dolorosa, obra de tamaño inferior del natural (mide 120 cm de altura) realizada en terracota policromada, con candelero interno de madera y ojos de cristal y pestañas superiores de pelo natural insertas en su mascarilla.

Romeral toma como referente los modelos marianos de Diego Roldán -nieto de Pedro Roldán e hijo de Marcelino Roldán, ambos también escultores e imagineros-, quien desarrolló en el siglo XVIII toda su obra conocida en Jerez de la Frontera, trabajando para la ciudad y toda su zona de influencia.

En base a lo anterior vemos un rostro ovalado y estilizado con marcado entrecejo, nariz recta y afilada y mentón agudo, a lo que hay que sumar la mirada suplicante al cielo -a través de unos ojos profundos y melancólicos-, las manos crispadas sobre el pecho, los labios implorantes y las encendidas carnaciones.