NUEVAS OBRAS DE JUAN BAUTISTA JIMÉNEZ
12/07/2021
Virgen dolorosa Partiendo de la Virgen dolorosa expuesta hace tres años en la muestra monográfica dedicada al escultor en la cafetería malagueña "Puerta Oscura", presentada en La Hornacina el 3 de marzo de 2018 y recreada formando la escena del encuentro de Jesús con María camino del Calvario, el reconocido artista ha llevado a cabo la última pieza que va a salir de su taller-estudio con destino al Santuario de San Nicolás de Tolentino del municipio filipino de Capas (Tarlac) ubicado en la isla de Luzón. Juan Bautista Jiménez ha transformado la obra, retocando el busto, labrando nuevas manos y aplicando nueva policromía, todo ello para modificar su iconografía y hacerla más accesible a los devotos como pieza exenta. El resultado es una Virgen dolorosa más idealizada que se aleja de la realidad de la madurez de la Virgen pero que conserva totalmente su espíritu de dolor y consternación ante la visión del Hijo durante el martirio sufrido de cara a su Pasión y Muerte. Tallada en madera de cedro a tamaño natural (mide 165 cm de altura), la Virgen dolorosa lleva insertos en su mascarilla ojos artesanales de cristal y fundas dentales de cerámica.
Nazareno Otro de los últimos trabajos del escultor, quizás una de las pocas piezas de pequeño formato que ha realizado últimamente, es un Nazareno académico (52 cm) labrado en terracota policromada para una colección privada de Málaga. En este caso, ha tenido totalmente carta libre a la hora de crear una imagen que representa de una manera un tanto idílica los instantes posteriores a una de las caídas de Cristo en su agónico caminar hacia el monte Calvario para ser crucificado. El autor no ha tomado, como de costumbre, referencias compositivas ni anatómicas, por lo que ha puesto a prueba su concepto actual en torno a la escultura sacra. Toda esa creatividad ha dado como fruto una entrañable e innovadora pieza que, pese a su reducido tamaño, muestra con depurada armonía y acabada proporción a Jesús ya casi erguido, apoyando su mano en la pierna derecha, casi rozando la terrible erosión de su rodilla, mientras trata de contener el dolor y retomar su andadura para cumplir su destino. La túnica morada, con anchas mangas, blanco forro y camafeos dorados que tachonan sus orillas, ofrece también notable singularidad en diseño y composición, manteniendo su corte casi intacto en el lateral izquierdo como prueba también de la divina majestad del Nazareno, cuyo rostro de ojos y labios casi cerrados es casi la revelación de la belleza absoluta de Cristo en su Resurrección venidera. Completa el conjunto el tosco madero circular, cíngulo de cuerda natural y una ráfaga metálica en su cabeza como presea. |
Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de las obras a través del icono que encabeza la noticia.
www.lahornacina.com