San Juan de Ávila. Escultura del reconocido artista pontanés, afincado en la ciudad de Sevilla, para la casa natal del doctor de la Iglesia nacido en la localidad castellana de Almodóvar del Campo (Ciudad Real) el 6 de enero del año 1500.

La fisonomía y distribución del referido inmueble del siglo XVI ha variado a lo largo de los siglos, sobre todo en el XVIII, pero siempre ha permanecido la zona llamada "cueva de las penitencias", donde el santo pasó tres años en oración para descubrir el humilde sacerdocio, muy cercano a las gentes del pueblo, que cambiaría, no solo su vida, sino la de tantos fieles de su época, algunos de ellos también santos como Ignacio de Loyola, Carlos Borromeo o Antonio María Claret. 

La obra de Juan Bautista Jiménez, tallada en madera de cedro y policromada al óleo, mide 140 cm de altura. La birreta, tallada separadamente de la cabeza, ha sido dorada y estofada por el hispalense Francisco José López Rondón.

Pese a haber sido concebida para vestir, esta imagen posee un espléndido estudio anatómico, a medio camino entre la idealización estética y el ascetismo que realmente caracterizó la vida y los escritos de Juan de Ávila, contemporáneo de Teresa de Ávila, con la que compartió talento y envidias que provocaron las iras de la Inquisición, llegando el religioso que nos ocupa a estar preso durante dos años en las mazmorras del castillo sevillano de San Jorge.

Se halla representado recibiendo la inspiración divina para sus escritos, simbolizados en el libro y la pluma que sujeta. Además de por su literatura ascética fue famoso por sus predicaciones, siendo conocido como "Apóstol de Andalucía".