La muestra La Joyería de Dios, inaugurada el pasado 24 de febrero en Roma, reune una gran colección de obras de arte sacro provenientes de iglesias de varios puntos de Italia, con piezas de Bernini, Caravaggio, Van Dyck y Paolo Veneziano, entre otros. La exposición, alojada en la Abadía de la Santa Cruz de Jerusalén, inició su programa de actividades que se desarrollarán en una treintena de iglesias italianas, las cuales abrirán sus puertas para acercar a los ciudadanos las innumerables obras de arte que albergan.

La Joyería de Dios incluye obras de Gian Lorenzo Bernini, como el cimborio del altar mayor de la iglesia romana de San Domingo y San Sixto; además de la escultura Salvador de los Mundos, expuesto por vez primera tras su restauración. Otras de las piezas de mayor interés son El Políptico, del célebre Paolo Veneziano, proveniente de la iglesia de San Jacobo Mayor, en Bolonia, y el Crucifijo de Van Dyck, originario de la iglesia de San Marcelo, en Roma. Junto a estas obras también se exhibe el San Juan Bautista de Guido Reni y las importantes pinturas de Caravaggio, como San Francisco en Meditación y la Decapitación de San Agapito.

La Joyería de Dios es una exhibición itinerante que está compuesta por decenas de piezas provenientes de diversas iglesias de toda Italia. Se podrá visitar durante unos días en la capilla de las Reliquias y en la Antigua Sacristía de la Abadía de Santa Cruz de Jerusalén, en Roma, y luego será trasladada a Bari, en el sur del país mediterráneo. Además de las exposiciones están previstas visitas guiadas gratuitas en numerosas iglesias y lectura de textos sagrados en algunos de los lugares de culto más representativos.

La iniciativa fue promovida por el Fondo de Edificios de Culto (FEC), uno de los propietarios más importantes de bienes artísticos y arquitectónicos italianos -posee un total de 700 iglesias, adquiridas tras la supresión de las congregaciones religiosas a finales del siglo XIX, de las que garantiza la conservación, tutela y valorización de las obras de arte que hay en el interior-. El objetivo de la misma, por tanto, es acercar al gran público el riquísimo patrimonio del FEC; es decir, centenares de iglesias, a veces poco conocidas, que albergan magníficas obras de arte que constituyen la identidad de las raíces culturales del país transalpino.