NUEVA OBRA DE FRANCISCO JAVIER LÓPEZ DEL ESPINO
22/03/2009
El pasado 27 de octubre de 2008 les presentábamos el boceto en barro de este Cristo Crucificado, obra en madera policromada del escultor e imaginero cordobés Francisco Javier López del Espino para la Ermita de Araceli de Lucena (Córdoba), que pudo verse en la pasada Bienal de Escultura Religiosa de Espartinas (Sevilla).
Jesús, muerto en un arbóreo y cilíndrico leño, presenta una impronta heredada de los arquetipos montañesinos, en especial del Cristo del Calvario que Francisco de Ocampo labrara a imitación del Cristo de la Clemencia de la Catedral de Sevilla, tallado unos años antes por su maestro de Alcalá la Real. De ahí que la pieza esté provista de notable esmero en su anatomización, dulce semblante y suavidad formal, pese a la dramática iconografía.
La cabeza, muy inclinada hacia el lado derecho, posee un rostro demacrado y afligido, reflejando aún los tormentos sufridos durante su martirio. Los oscuros cabellos, partidos al centro y aplastados en parte por la corona de espinas, ofrecen un minucioso tratamiento a base de ondulados filamentos. Ojeroso y pálido, es en el acabado de sus facciones, surcadas por heridas e hilos de sangre, donde se deja sentir especialmente la huella del autor.
Bastante corpulento, posee las manos entreabiertas y clavadas por las palmas, musculosos brazos y piernas, pecho henchido con los relieves costales muy marcados, cintura estrecha, vientre hundido, caderas pronunciadas y pies horadados por un único clavo, caracteres todos ellos comunes en la escultura sevillana sobre el tema.
Fotografías de Manolo Gómez
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