Estos arcángeles ceriferarios, realizados por la artista hispalense para la Hermandad de la Esperanza de Triana, han sido estudiados para acompañar al titular cristífero de la misma, el Santísimo Cristo de las Tres Caídas, en las dos capillas laterales de su nuevo retablo, todavía sin concluir, portando los característicos faroles.

Unos ángeles con clara inspiración en el Renacimiento y reminiscencias a la pintura Art Nouveau, cuyos estofados imitan los tejidos de seda bordada en oro e hilos de colores, la tela moiré y los terciopelos bordados; de hecho, los diseños seleccionados beben tanto de los grutescos renacentistas y de las líneas sinuosas y nostálgicas del Art Nouveau, como de la típica decoración de la cerámica trianera.

Ambas son imágenes de tamaño inferior del natural (miden 120 cm de altura), en talla completa realizada empleando íntegramente madera de cedro, con ropajes y alas dorados en oro fino y estofados al temple, cincelados y policromados al óleo mediante veladuras y pulimento.

Los motivos ornamentales de las ricas prendas se inspiran en la naturaleza. Como detalles a destacar tenemos las recogidas alas policromadas con gran viveza y las cenefas en oro visto. En la decoración de uno de los ángeles vemos abejarucos, las típicas aves de la sierra sevillana, así como grandes motivos florales, todo ello pintado muy sutilmente en tonos pastel. Por su parte, el otro ángel muestra la cenefa decorada también con flores, hojas de acanto, frutas y garzas típicas de la cerámica de Triana.

La ejecución de ángeles ceriferarios como los que presentamos es muy común en Sevilla ya que su función es la de iluminar las imágenes sagradas a los fieles. Su autora quiere desde estas líneas agradecer a la pintora y escultora Irene Dorado su colaboración y trabajo en los estofados de unas piezas con ropajes que muestran los tonos representativos de la popular corporación trianera de la Madrugada, el crudo y el verde esperanza.