EL BOSCO EN EL ESCORIAL. V CENTENARIO
27/05/2016
Patrimonio Nacional se une a la conmemoración internacional del 500 aniversario de la muerte de Jheronimus van Aken Bosch, más conocido como Jheronimus Bosch o El Bosco (hacia 1450-1516), con la exhibición de las obras del artista y de su taller pertenecientes a las Colecciones Reales españolas y que se encuentran en el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Poco después de su muerte en 's-Hertogenbosch (Países Bajos), su villa natal, El Bosco adquiere una dimensión artística universal. Su técnica innovadora, a base de capas muy finas de color que dejan ver el dibujo subyacente, y la manera tan original de interpretar los temas iconográficos -por influencia de la devotio moderna surgida en aquellos años, bien diferente a la tradición pictórica de los Países Bajos- le llevaron a alcanzar un éxito enorme que se extendió a lo largo de todo el siglo XVI. Felipe II ( 1527-1598 ) fue uno de los coleccionistas más entusiastas de El Bosco y el contenido religioso y satírico de su pintura fue determinante para que una gran mayoría de las obras de este artista acabara destinándose al Monasterio de El Escorial durante su reinado. En 1574 llegaron algunas de las más importantes, como la versión escurialense de El carro de heno, la Mesa de los pecados capitales, La Adoración de los Magos, Cristo con la cruz a cuestas (imagen superior) y varias Tentaciones de san Antonio, mientras que en 1593 llegaron otros cuadros procedentes de la almoneda de Fernando de Toledo, hijo natural del gran duque de Alba y gran prior de la Orden de San Juan, como El jardín de las delicias o La Coronación de espinas. Ambrosio de Morales o Felipe de Guevara revelaron aspectos interesantes para la interpretación moralizadora de estas pinturas de El Bosco, pero será el religioso jerónimo fray José de Sigüenza el que mejor y más extensamente exprese en su Fundación del Monasterio de El Escorial (1602) que su obra no era herética, sino una "sátira pintada de los pecados y desvaríos de los hombres", poniendo de manifiesto la crítica a los vicios y costumbres de la sociedad del momento, tan acorde al sentir del monarca Felipe II. |
Además del bellísimo original del Cristo con la cruz a cuestas y de la versión de taller de La Coronación de espinas, se exhibe por primera vez tras su reciente restauración el ejemplar escurialense del tríptico El carro de heno, cuyos resultados han permitido reubicar la obra dentro del género de composiciones alegóricas y satíricas que el artista realizó en estrecha colaboración con su taller familiar. Junto a las tablas, se muestra la extraordinaria Tapicería de Jerónimo Bosco, también conocida como Disparates de El Bosco o Caprichos de Brueghel, una de las colgaduras más célebres de la Colección Real de Patrimonio Nacional. Se trata de una serie única en su concepción, tanto por haberse inspirado en la obra de Jheronimus Bosch, según cartones atribuidos a Pieter Brueghel el Viejo ( 1525-1569 ), como por tratarse de la única tapicería conservada en la actualidad -durante la Revolución Francesa fue destruida la serie princeps o primera edición tejida para Francisco I de Francia ( 1494-1547 )-. Los cuatro tapices titulados El jardín de las delicias, El carro de heno (imagen superior), Las tentaciones de san Antonio (imagen inferior) y San Martín y los mendigos fueron tejidos en Bruselas entre 1550 y 1560 con hilos de oro, plata y seda. La llegada de la serie a la corte madrileña sigue siendo un enigma, pero queda confirmada su procedencia de la colección del cardenal Antoine Perrenot Granvelle ( 1517-1586 ) y refrendado el relevante papel que desempeñó en el ceremonial cortesano durante el reinado de Felipe IV ( 1605-1665 ). La exposición El Bosco en El Escorial. V Centenario puede visitarse hasta el 1 de noviembre de 2016 en el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y ha sido comisariada por las Conservadoras de Patrimonio Nacional Carmen García-Frías Checa y Concha Herrero Carretero. Patrimonio Nacional y el Museo del Prado han querido conmemorar este centenario conjuntamente. De esta manera la producción bosquiana atesorada por la Corona española -la más importante a nivel internacional y actualmente compartida entre ambas instituciones- podrá apreciarse integralmente, permitiendo así el mejor estudio y entendimiento de la obra del artista. En este sentido, y en la línea marcada por el reciente acuerdo sobre el mantenimiento en las salas del Prado de las cuatro obras pertenecientes al Real Patronato del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, integrante de Patrimonio Nacional, que se encuentran depositadas en aquel -entre ellas, El jardín de las delicias y La mesa de los pecados capitales-, tanto esta exposición del Escorial como la gran exposición del Museo del Prado (ver enlace), así como las actividades científicas conectadas con ellas, cuentan recíprocamente con la colaboración especial de las dos instituciones. |
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