EL MUSEO DEL ROMANTICISMO EN MADRID

13/12/2009


 

 

 

El pasado 3 de Diciembre se inauguró en la capital de España el Museo Nacional del Romanticismo, antiguo Museo Romántico, pasando a ser una entidad nacional y referente cultural, emparejado con otras casas museo europeas de similares características. El museo se ha adaptado a las necesidades del siglo XXI gracias a una rehabilitación integral tanto del edificio como del equipamiento museístico. Con el nuevo plan museológico se ha acometido una operación de remodelación de los itinerarios internos y de racionalización de los servicios.

El museo tiene una clara vocación didáctica que permitirá un conocimiento global del periodo romántico en España (1833-1868). Para ello, ofrece una interpretación lo más rica posible del Romanticismo: el estilo de vida, las artes, la política y las ideas. Para ampliar la accesibilidad de la colección, el museo ha aumentado los paneles de sala, las cartelas explicativas, las audio-guías y dispositivos multimedia y proporciona información bilingüe. Además, contará con nuevos espacios públicos, con área de acogida, vestíbulo, guardarropa, jardín, tienda- librería, cafetería-terraza, claustro y nuevas zonas de descanso.

El museo, de titularidad y gestión estatales, tiene su sede en el Palacio del Marqués de Matallana. Se creó en el año 1921 al aceptar el Estado español la donación por parte del Marqués de la Vega-Inclán de una serie de pinturas, muebles y ajuares, procedentes en su inmensa mayoría del siglo XIX.

 

 

En la colección de pintura pueden encontrarse obras de importantes pintores, considerados como precedentes del mundo romántico (Francisco de Goya, José Aparicio Inglada y Vicente López Portaña, entre otros). A partir del segundo tercio del siglo XIX, algunos géneros pictóricos, en los que se reflejan los valores e ideas del Romanticismo, adquieren entidad propia. Es el caso del paisaje, desarrollado por artistas nacionales como Jenaro Pérez Villaamil, José Elbo o Francisco Lameyer, y también por viajeros extranjeros que se sintieron atraídos por el fascinante exotismo español. En cuanto a la pintura costumbrista, existe una amplia representación de las escuelas madrileña y andaluza. Otro género es la pintura de historia, testigo de alguno de los acontecimientos de la época o de episodios del glorioso pasado español. En el campo del retrato, el museo posee obras de los artistas más relevantes del momento, como Federico de Madrazo, Carlos Luis de Ribera o Esquivel.

Alberga también una colección de unas 250 miniaturas, en su mayoría retratos. No se trata de un gabinete reunido con un proyecto concreto ni obedece al gusto de un solo coleccionista, por lo que el conjunto es muy heterogéneo. El grueso de la colección ingresó en 1943 en depósito realizado por la Comisaría General del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional, creado para evitar el expolio artístico durante la Guerra Civil. Posteriormente, la colección se ha visto engrosada a través de la compra por parte del Estado de algunas piezas con destino al Museo. De entre las obras firmadas, la mayoría fueron realizadas por artistas españoles: Cecilio Corro, José Delgado y Meneses, Cástor González Velázquez, Vicente López o Villaamil, y autores extranjeros afincados en España, como Florentino de Craene o Juan Bautista Ugalde. Además, miniaturistas franceses de la talla de  Jean-Baptiste Isabey y Jean Baptiste Jacques Augustin también están representados en la colección.

 

 

 

Respecto al dibujo, la colección comprende obras de gran calidad, destacando los realizados a lápiz por José de Madrazo, a las que se han unido interesantes piezas como las vistas de Madrid de Avrial y Flores, los escenas costumbristas de Alenza,  los retratos al pastel de Vicente Rodes y José Parera o las acuarelas de Esquivel.

La colección de estampa, una interesante fuente documental para el estudio del siglo XIX, es una de las más importantes del Museo, tanto por la cantidad -son casi 3.000 piezas- como por la calidad y la variedad temática. Entre las técnicas más empleadas destaca la litografía, el procedimiento más habitual en el siglo XIX, que posibilitó la publicación de una gran cantidad de libros y revistas ilustradas.

Formada por más de 4.000 fondos, la colección de fotografía destaca tanto por la variedad de técnicas, como por su riqueza temática. En lo que respecta a las primeras, abarca la mayoría de los procedimientos fotográficos -desde los daguerrotipos y ambrotipos, hasta los procesos de producción de la era industrial y las técnicas fotomecánicas- lo que permite recorrer la historia de la fotografía desde su nacimiento en pleno romanticismo. También son destacables los ingenios visuales, como las estereoscópicas y la excepcional colección de diaphanoramas.

 

 

La colección de mobiliario se compone de alrededor de 600 piezas, con una cronología que abarca desde el reinado de Fernando VII hasta el de Isabel II. El mobiliario se asocia con la decoración de cada una de las estancias del museo, y refleja las tendencias de la moda del momento. El estilo Imperio francés, caracterizado por la solidez de sus formas y la profusión de motivos decorativos con diversos materiales, se impone durante el período fernandino, y pervive bajo la regencia de María Cristina, con algunas novedades. Sin embargo, la mayor parte de los muebles conservados en el museo pertenecen al período isabelino. Se caracterizan por la búsqueda de la comodidad, además de por su tipología formal y decorativa, que se hace eco de la moda historicista, caracterizada por la riqueza de materiales, gusto por lo exótico y profusión de tapicerías.

Por último, las artes decorativas están igualmente bien representadas. La porcelana y la cerámica se encuentran presentes en sus múltiples formas y diversas procedencias, desde las de Sargadelos, La Cartuja, La Amistad, Sèvres o Meissen, hasta las más populares de Talavera o Puente del Arzobispo. Cabe destacar, además, el excepcional conjunto de barros andaluces y murcianos de temática costumbrista. También tiene entidad propia como conjunto la colección de abanicos, que abarca todos los estilos decimonónicos, desde los pequeños ejemplos de estilo Imperio, hasta los enormes “pericones” de finales de siglo. Otros complementos también son dignos de subrayar, como la joyería, que presenta una gran diversidad de materiales: oro, plata, acero, ebonita, lava o cabello natural. Asimismo, durante el siglo XIX se pusieron de moda las labores manuales femeninas, a través de objetos realizados en los más singulares materiales, como cabello, conchas o animales y plantas disecados.

 

 

Situado en la Calle San Mateo, nº 13, Madrid. Horarios: martes a sábado, de 09:30 a 18:30 horas, y
domingos y festivos, de 10:00 a 15:00 horas; cerrado todos los lunes, los días 1 y 6 de enero,
el día 1 de Mayo, los días 24, 25 y 31 de Diciembre, y cualquier día que coincida con un festivo local.

 

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