La última obra salida del taller del escultor e imaginero Salvador Madroñal Valle es una imagen en madera policromada del Apóstol Santiago, segunda talla para el grupo escultórico de la Triunfal Entrada de Jesús en Jerusalén (Borriquita), del municipio sevillano de La Puebla de Cazalla.

El autor nos presenta al hijo de Zebedeo y Salomé jubiloso y sereno, a una edad madura, representando junto a San Juan Evangelista y a San Pedro -que se realizarán próximamente- las tres edades del hombre: juventud, madurez y ancianidad. El apóstol adelanta su pierna derecha con paso decidido, en la mano diestra porta una palma y con la izquierda tira de las riendas que dirigen al jumento sobre el que va la imagen del Señor, realizado por el mismo Madroñal y en torno al que se celebra este año el XXV Aniversario de su hechura.

La efigie de Santiago, de tamaño natural, ha sido realizada en cedro real, con cuerpo anatomizado y brazos articulados para vestir. En ella el autor vuelve ha hacer un alarde de maestría y de clasicismo. Una cabeza de dulce modelado con regusto de tiempos pasados, artística cabellera ordenada hacia el hombro derecho en varios mechones terminados en un gran bucle sobre el mismo. De gran mérito, junto a la cabeza, son las manos y pies, anatomizados hasta el último detalle pero sin caer en el imperante hiperrealismo.

Salvador Madroñal, fiel a su gusto por la mejor imaginería sevillana barroca y decimonónica, cuida con gran mimo las terminaciones. Una pulcra policromía tostada -cuasi dorada-, los ojos de color verde oliva, unas finas y alegres cejas, y un cabello en tonos castaños completan esta magnífica obra.