DESNUDOS EN EL MUSEO CARMEN THYSSEN MÁLAGA

07/10/2024


 

 
 

Dios de la fruta

Gabriel Morcillo
1936
Óleo sobre lienzo
125 x 115 cm
Colección Banco de España (depósito en el Museo de Bellas Artes de Granada)

 

Las casi noventa obras de la exposición Desnudos. Cuerpos normativos e insurrectos en el arte español (1870-1970), inaugurada hoy en el Museo Carmen Thyssen Málaga (Compañía 10, Málaga) conforman un relato sin normas, subjetivo e incitante para la mente y los sentidos, con el que dicha institución invita al público visitante a recorrer más de un siglo de desnudos muy diversos en el arte español.

En un país sin tradición histórica en un género artístico que en otros lugares fue central para los creadores, la representación del individuo al natural nace realmente con la modernidad, a finales del siglo XIX y sobre todo en el primer tercio del XX, como una insurrección contra el ideal académico y como un desvelamiento progresivo del cuerpo. El desnudo transitó así de un canon pretendidamente universal de perfección física, con el que los antiguos griegos habían dado forma humana a los dioses y que la Academia normativizó durante siglos como sinónimo de belleza, al retrato vanguardista de la diversidad física de una humanidad en absoluto idílica. El decoro, los prejuicios morales y sociales y la aparente neutralidad de la mirada meramente artística de temas casi exclusivamente mitológicos o históricos fueron reemplazados por interpretaciones desprejuiciadas y provocadoras, por una verdadera desnudez del desnudo.

La libertad para rebelarse contra siglos de desnudos pudorosos y académicos, de ver más allá de la sola anatomía del cuerpo, desencadenó, en definitiva, entre los movimientos de renovación y vanguardia españoles -especialmente en los años veinte y treinta- un imparable cambio de paradigma en el que lo carnal se impuso a lo ideal y que destapó las posibilidades más interesantes y excitantes del desnudo. El cuerpo contemporáneo se convirtió entonces en un fértil territorio artístico de exploración y autoconocimiento.

Apenas iniciado ese camino de experimentación formal y expresiva, el desnudo moderno regresó, sin embargo, a los estigmas decimonónicos durante buena parte de la dictadura franquista, coartado por la censura del régimen, refugiado en las exposiciones oficiales de lenguajes otra vez académicos, provocador desde los márgenes y el exilio, o camuflado en formas abstractas.

Seres perfectos frente a cuerpos fragmentados, desnudos vinculados a un tema o sin excusas; miradas masculinas confrontadas por empoderados cuerpos de mujer; modelos vivos y maniquíes perturbadores; figurativos o deconstruidos; jóvenes y ancianos; masculinos, femeninos y ambiguos; expuestos u observados sin permiso... el repertorio que muestra la exposición, desde Sorolla y el primer Picasso hasta Saura y un Miró tardío, es multiforme y muy amplio. Y, sin embargo, esta es sólo una de las muchas historias posibles del desnudo.

 

 
 

Los maniquíes

Gregorio Prieto
Hacia 1932
Óleo sobre lienzo
154,3 x 173,5 cm
Museo Gregorio Prieto (Valdepeñas, Ciudad Real)

 

La selección de casi noventa piezas en Desnudos. Cuerpos normativos e insurrectos en el arte español (1870-1970) reúne pinturas, esculturas, dibujos, estampas y fotografías, procedente de más cuarenta museos, instituciones y colecciones del país, revela cómo el género del desnudo y una nueva visión del cuerpo sirvieron de catalizadores en el cambio de paradigma estético durante la modernidad.

La amplitud del repertorio, la variedad de formatos expuestos y la heterogeneidad de las propuestas conforman un itinerario más estilístico que histórico. Un relato plástico singular que observa la subversión de los principios académicos y el panorama resultante, muy adecuado para la experimentación. En la muestra están presentes desde los virtuosos desnudos académicos del siglo XIX, como estudio anatómico e ideal de belleza -Sorolla, Picasso-, hasta las propuestas más voluptuosas y anticlásicas del XX: en escenas de toilette, del placer voyeur nacido al amparo de la fotografía, otras protagonizadas por mujeres fatales o como motivo plástico figurativo ausente de referentes narrativos.

Una evolución del arte que presenta a individuos que alteran la convención académica del género -la pose, el tema, la unidad, la lección moral-. Y donde irrumpen nuevos cuerpos -desnudos no normativos o de culturas híbridas y periféricas-, que sientan las bases de un escenario inédito, sin centro, liberado de dogmas, del arte contemporáneo. Así, en el arte español de la primera mitad del siglo XX conviven los nuevos paradigmas del desnudo -Julio González, Salvador Dalí- con propuestas más entroncadas con nuestro acervo iconográfico -Romero de Torres, Zuloaga-.

Ante los ojos del espectador se despliega un universo exuberante, donde tienen cabida la belleza canónica y la pulsión erótica -Casas, Rusiñol-, la reivindicación moderna de la forma -Mateo Inurria, Teresa Condeminas- y otros aspectos esenciales de la disruptiva gramática contemporánea, con su propensión al fragmento, a la deconstrucción formal, material y estructural del cuerpo o a la infiltración de estrategias propias de la sociedad de consumo, como el apropiacionismo o el pastiche. Propuestas que abundan en la negación de lo bello y lindan con un arte del cuerpo más performativo.

En definitiva, la exposición plantea, a través de diferentes manifestaciones a lo largo de un siglo de arte en España -incluidas las décadas de dictadura franquista-, un fenómeno de liberación de la experiencia del cuerpo. Un proceso gradual que culmina con ciertas expresiones en las que los cuerpos presentan una materialidad no embellecida por idea trascendente alguna y con la apariencia de objetos inanimados -Juli Ramis, Gregorio Prieto-, o incluso con desnudos en los que el cuerpo no tiene forma -Antonio Saura, Joan Miró-.

Con este proyecto, que podrá ser visitado hasta el 9 de marzo de 2025, el Museo Carmen Thyssen Málaga trata de articular una exhaustiva historia del desnudo en el arte español de los siglos XIX y XX, sino establecer un relato coral -con la desnudez como leitmotiv- en torno a los cambios formales y estilísticos acaecidos en un período fundacional de la modernidad. Del desnudo normativo de la Academia, atractivo, equilibrado y de fácil interpretación, al más exigente desnudo insurrecto, destinado al placer sensitivo, experiencial o reflexivo del espectador. 

 

 
 

La Venus de la poesía

Julio Romero de Torres
1913
Óleo sobre lienzo
93,2 x 154 cm
Museo de Bellas Artes de Bilbao

 

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