De las últimas generaciones de artistas surgidos en Murcia, Alberto Marín López (Totana, Murcia, 1998) es uno de los más personales que podemos encontrar. Su última obra, un David con la cabeza decapitada de Goliat a tamaño inferior del natural, iconografía casi inédita en la imaginería contemporánea, supone su creación más ambiciosa hasta el momento. Un trabajo de factura excelente por el estudio anatómico, el movimiento y por la manera de concebir la policromía. Todo ello confiere una gran maestría a la escultura del pequeño rey.

El David se halla modelado en terracota policromada y está disponible para su adquisición. Se encuentra expuesto en Two Art Gallery dentro de la muestra Barro Madera y Sangre (ver enlace). En el mismo espacio Marín López presenta otras dos terracotas, ambas de 2017 y de pequeñas dimensiones: un busto de San Juan Evangelista, sorprendentemente maduro para la corta edad del artista, y un Cristo cautivo y torturado de sorprendente elegancia para una obra de dimensiones tan reducidas.

La trayectoria de Marín López comienza realmente desde el año 2015, cuando empieza a visitar el taller del reconocido escultor murciano José Hernández Navarro, donde sigue formándose. Entre las últimas creaciones del joven artista se encuentra también una obra titulada "Nuestra Señora de los Dolores" (imágenes inferiores) para una devoción particular. Esta dolorosa sigue el prototipo de la que hiciera Francisco Salzillo para la archicofradía murciana de Nuestro Padre Jesús Nazareno. La citada imagen mide unos 80 cm de altura.