La talla ha estado expuesta en la Capilla de la Cofradía de los Panaderos, de Sevilla, y ha sido realizada por el imaginero hispalense para la Cofradía del Prendimiento, del municipio jiennense de Peal de Becerro.

Se trata de una obra labrada en madera de cedro y policromada al óleo, cuya altura es de 181 cm. En palabras de su propio autor, ha sido concebida para ser entendida en su conjunto escultórico, de ahí la disposición lateral del Señor, pues Judas Iscariote acaba de besarlo y aún mantiene su mirada clavada en el Maestro.

Son destacables los singulares logros expresivos del semblante de Jesús, sereno y resignado ante el sacrificio, aunque al mismo tiempo deja entrever en su mirada cierto desdén acusador hacia el traidor.

Todavía conmocionado por la sorpresiva captura y la angustia que ha hecho perlar de sangre su frente, el Redentor muestra unos recios rasgos, ojos rasgados y policromados en la madera, labios entreabiertos, mejillas descarnadas, y el cabello y la barba naturalmente descritos, poco abultados.

Como es tradicional en esta iconografía de la Pasión de Cristo, los brazos aparecen ligeramente extendidos hacia delante, con las palmas de ambas manos abiertas, en señal de sumisa entrega a los verdugos.