NUEVA OBRA DE DOLORES FERNÁNDEZ Y MIGUEL CLARÓS PARA MÉXICO

21/10/2024


 

 
 

 

Terno para Nuestra Señora de los Remedios de Naucalpan (México) con motivo del L aniversario de su Coronación Pontificia, compuesto de capa, vestido, mangas y pico. Ha sido diseñado por Miguel Clarós.

La Virgen de los Remedios fue la primera imagen religiosa venerada en Nueva España desde el momento de la Conquista de México-Tenochtitlan. Dicha imagen mariana llegó en el año 1519 como objeto de devoción de Juan Rodríguez Villafuerte, soldado de Hernán Cortés.

Como protectora de la empresa de conquista, la imagen presidió la primera misa que celebró el padre Bartolomé de Olmedo en la Villa Rica de la Vera Cruz. Una vez entradas las tropas de Cortés a la gran Tenochtitlan, el conquistador ordenó a Villafuerte colocar la cruz y la Virgen en el Templo Mayor, donde en sustitución de los dioses mexicas fue venerada por los soldados españoles ante el asombro de los indígenas, según refiere Bernal Díaz del Castillo.

Tomando como referencia los colores pontificios, rango de su coronación, el taller de Dolores Fernández ha empleado tisú de plata para el vestido y tisú de oro, proveniente de una antigua capa pluvial, para el soporte de la capa, reutilizando el forro original para la pieza de nueva ejecución.

 

 
 

 

Para su diseño se toma como base la visión apocalíptica de María revestida de sol con la media luna sobre sus pies. De dibujo menudo y delicado, se busca aunar la tradición novohispana en formas con la prehispánica en la ornamentación, que mezcla un estilo conventual con grecas, aves y flores prehispánicas.

Con cinco ejes marcados a modo de abanico (dos en las vistas y tres en la parte trasera), la capa está concebida para que su visión, colocada sobre la Virgen, sea la de un manto completamente bordado.

A su vez se insertan el sol con doble significado "Electa ut sole" (Cantar de los Cantares VI, 9) y la media luna como símbolo del principio femenino, opuesto y complementario al sol, que sería el principio masculino y que en la cosmología cristiana representa a Cristo.

El contraste es un rasgo distintivo de la pieza, optando el taller de Dolores Fernández por bordar en oro el soporte de plata, y en plata el soporte de oro, quedando todo ello reforzado por los perfiles grises (de distintos tonos) de las piezas para potenciar con ello la profundidad y el volumen de las mismas.

Destacar el conjunto de piezas en tembladeras (realizadas aparte), o el empleo de perlas barrocas deformes (emblema de virginidad, pureza y, en distintas tradiciones, también de la fertilidad) como remate de todo el manto (doble en las vistas), vestido, mangas y para el diminuto pico o pecho.

 

 
 
 
 

 

La saya o vestido de la Virgen se proyecta bajo la moda impuesta por la corte de los Austrias: basquiña o falda de corte acampanado, corpiño con pico o pechera, sobremangas de puntas amplísimas (propias del siglo XVIII) y batón, respectivamente, bajo los colores pontificios.

En cuanto a las técnicas de bordado, destaca especialmente el profuso empleo de hojilla montada sobre malla de algodón en su totalidad, el empleo de diminutas cartulinas bordadas en múltiples tipos de hilos (agua, muestra, moteado, caracolín), las sedas matizadas en las sombras y las distintas puntadas en los tejidos de las piezas, además del empleo de lentejuelas y canutillos dispuestos de diversas formas buscando los contrastes de brillos y mates para los distintos volúmenes y sombras, propios en las obras del taller.

Queda rematado todo el conjunto por concha de oro y plata, respectivamente. Para el Divino Infante, se decide confeccionar a través de un pañuelo de punto de aguja, un batón de cristianar con el que revestirlo.

La Virgen de los Remedios de Naucalpan es una obra realizada por un anónimo escultor español en el siglo XVI, de talla completa aunque suele aparecer revestida con ricas prendas como la que ha sido bordada por Clarós. Se la considera la imagen mariana más antigua de cuantas se conservan en el continente americano. Al medir tan solo 27 cm de altura, el nuevo manto tan solo mide 66 cm de boca y 48 cm de cola.

 

 
 

 

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