Álvaro Busto

Obra con la que el joven artista sevillano ha concurrido al I Certamen de Arte Sacro organizado por el templo sevillano de Santa María la Blanca. Presente en la muestra colectiva "Canto a las Nieves", visitable hasta el próximo 4 de agosto en la Sala de Exposiciones de la iglesia (Archeros, 18) dentro del siguiente horario: martes a viernes, de 11:00 a 13:00 y de 20:00 a 21:00 horas.

Busto en terracota y telas encoladas de tamaño natural sobre peana. Incluye ojos de cristal pintados a mano. En su basamento podemos leer un letrero en latín con su título Tristis Nubila Mater, en castellano "Madre Dolorosa de las Nieves", pues es una versión pasionista de la advocación de la Virgen de las Nieves, cuyo origen se remonta al siglo IV con la nevada acaecida en pleno agosto, en el monte Esquilino de Roma.

Fotografías: Pablo Lastrucci

Víctor Carazo

Al igual que las anteriores, esta obra del escultor e imaginero zaragozano ha concurrido al certamen de Santa María la Blanca (Sevilla). Su título es Salus Populi y representa a la Virgen del Pópulo, tal y como se popularizó en el Barroco tras reinterpretar el icono bizantino de la patrona de Roma.

Se trata de un busto realizado en terracota y telas encoladas que sigue la estela de los bustos-relicarios barrocos muy presentes en el arte de Zaragoza. En este caso, el lugar elegido para colocar el simulacro de reliquia es la estrella que adorna el hombro derecho de la Virgen, como no podía ser de otra manera dada su advocación. La falsa reliquia simula uno de los copos de nieves caídos sobre el monte Esquilino.

Además de servir de relicario, la estrella destaca por estar formada por pequeños espejos, en clara alusión al retablo barroco que posee la Virgen del Pópulo de la parroquia zaragozana de San Pablo, un templo con el que el artista posee muchos lazos personales.

Por su parte, el Niño Jesús, además de portar el libro, al igual que aparece en el icono bizantino del Pópulo de Roma, aferra con ternura la mano derecha de María sujetando un copo de latón dorado, remarcando así todavía más la popular advocación mariana de Nuestra Señora de las Nieves.

Rafael Díaz Serralvo

Dolorosa con la advocación de Nuestra Señora del Valle para recibir culto en Madrid. El autor se ha inspirado en la escuela granadina, no tanto en los maestros barrocos granadinos -caso de José de Mora-, como en la obra del siglo XX realizada por el escultor e imaginero Domingo Sánchez Mesa, continuador de los anteriores.

Díaz Serralvo realizó sus estudios en la Escuela de Arte "San Telmo" de Málaga. Desde hace varios años, asiste al taller de su maestro, el reconocido artista veleño Israel Cornejo Sánchez, con quien sigue formándose y colaborando, compaginando aparte su pequeño taller propio.

Jesús Castellano Cumbrera

La primavera en Sevilla. Pastel sobre papel (14,8 x 21 cm) disponible para su adquisición. Esta obra representa a una mariposa, cuyas alas son los perfiles de las dos dolorosas más populares de Sevilla y del mundo, ambas unidas por una misma advocación: la Esperanza de Triana y la Esperanza Macarena, ambas de autor desconocido aunque la primera se relaciona con Juan de Astorga y la segunda con Pedro Roldán.

En la Biblia, las mariposas son identificadas como un símbolo de crecimiento espiritual. Asimismo, son símbolos cristianos relacionados con la Resurrección de Cristo. Es por ello que el autor une toda esta simbología para representar la primavera de Sevilla como un acontecimiento que supone un crecimiento espiritual y devocional para el cristiano, y cómo la ciudad vive a través de María la Esperanza de la Resurrección.

Alejandro Paneque

Se trata de una imagen de la Divina Pastora de las Almas, inspirada en el venerado simulacro malagueño de Capuchinos, obra del célebre escultor barroco José Montes de Oca (imagen inferior). De tamaño natural, ha sido tallada en madera de cedro y policromada al óleo, con ojos de cristal realizados artesanalmente por el artista. Posee también brazos articulados y pestañas superiores de pelo natural.

Recientemente restaurada, la Divina Pastora de Montes de Oca es una talla de vestir cuya presencia en el antiguo convento capuchino de Málaga está documentada al menos desde 1741. Es por tanto una de las primeras representaciones de la María como Madre del Buen Pastor. Paneque recrea con aciertos sus rasgos, relacionados por Sánchez López con la Magdalena servita de Sevilla, antes Santa Juliana de Falconieri.

Fotografías: Luis Manuel Gómez Pozo