El último número de la publicación Laboratorio de Arte, editada por la Universidad de Sevilla, recoge sendos artículos realizados por Jesús Porres Benavides y Fernando Prado Romera, y por David Molina Cañete, en los que se atribuyen cinco obras al escultor e imaginero valenciano, afincado en Sevilla, Blas Molner (1738-1812), cuya producción artística está siendo objeto en los últimos años de numerosas aportaciones y una profunda revisión crítica.

Molina Cañete, quien ya le atribuyera en 2021 la popular imagen dolorosa de la Virgen de la Encarnación, titular de la hermandad sevillana de San Benito, le asigna ahora los dos ángeles pasionarios conservados en la Hermandad de la Vera Cruz o de Belén (Pilas, Sevilla). Actualmente escoltan al crucificado titular de Francisco Buiza en la capilla que posee dicha corporación de penitencia en la Ermita de Belén. A pesar de ser imágenes de retablo, procesionaron junto al primitivo Cristo de la Vera Cruz, sustituido en 1972 por el de Buiza, escoltándolo a la manera de ángeles ceroferarios, portando faroles para iluminar al crucificado en su estación de penitencia durante la noche del Jueves Santo.

Queda así desmontada la atribución a Emilio Pizarro de la Cruz, tan solo fundamentada por la presencia del artista en Pilas en 1904, para acometer una restauración sobre la titular mariana de la Vera Cruz. 

Son esculturas de tamaño algo inferior al natural, midiendo 148 cm de altura el que se sitúa a la izquierda del espectador y 145 cm el que lo hace a la derecha (detalle en la imagen superior). Por sus caracteres, Molina Cañete los relaciona con otras tallas documentadas de Molner, como el Cristo amarrado a la Columna del Convento de Santa Clara en Zafra (Badajoz), la Virgen de las Angustias en Lucena (Córdoba) o la citada Virgen de la Encarnación.

Por su parte, Porres Benavides y Prado Romera dan a conocer dos piezas, una atribuible y otra documentada al quehacer de Molner en la Iglesia de San Blas de Carmona (Sevilla).

Respecto a San Blas, titular del referido templo (detalle en la imagen superior), una obra de tamaño algo superior al natural, es la pieza documentada de Molner, cuya firma aparece en una de las hojas del libro abierto que porta en su mano izquierda. Los expertos han localizado también los pagos que se realizan en 1772 a Blas Molner por el santo, cuyo valor fue de 2.200 reales. Se trata de una figura que muestra grandes paralelismos con el San Juan Nepomuceno de la Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción en La Orotava, otra imagen del periodo barroco de Molner.

La pieza atribuible al quehacer de Molner es una Virgen del Rosario (imagen inferior) que ocupa el retablo situado en el testero de la nave de la epístola del templo carmonense de San Blas.

Benavides y Romera consideran que el rostro de la imagen mariana presenta parecido con los de la Asunción de la iglesia sevillana de Nuestra Señora de la Paz, la Virgen de la Presentación del templo ecijano de San Gil y la Inmaculada Concepción de la Iglesia de la Oliva en Lebrija. El Niño Jesús, a su vez, presenta cierta similitud con la Virgen Niña del grupo de Santa Ana de la ermita del mismo nombre en Montijo (Badajoz), encargada a Molner en 1782.