LOS NEVE. MERCADERES, HIDALGOS Y MECENAS EN LA ÉPOCA DE MURILLO
Con información de José Joaquín Rodríguez Mateos (16/12/2017)
Retrato de Justino de Neve Bartolomé Esteban Murillo |
El Archivo General de Andalucía conserva un importante número de documentos sobre la familia Neve, crecida al calor del comercio indiano y convertida en arquetipo de la familia hacendada de negocios del siglo XVII. El fundador de la dinastía fue el flamenco Miguel de Neve el Mayor, que se estableció en Sevilla en 1570. Durante mediados del siglo XVI y durante todo el XVII Sevilla dominaba el monopolio del comercio con América por decreto real, lo que impulsó la existencia en la ciudad de mercaderes, comerciantes y artistas, procedentes fundamentalmente de Flandes. La familia Neve fue una de las principales a la hora de jugar un importante papel en el desarrollo comercial y artístico de Sevilla. Miguel de Neve el Mayor contrajo matrimonio con una sevillana, Francisca Pérez Franco; invirtió en bienes raíces y, sobre todo, en juros, convirtiéndose en prestamista de la Corona, lo que le permitió disfrutar de unas considerables rentas; persiguió el reconocimiento de una hidalguía que le permitiera ennoblecer la familia y ascender en la escala social; fundó capellanías, memorias e instituciones piadosas con cargo a las rentas de las casas adquiridas para ello; y estableció su enterramiento y el de su familia en la capilla de la Concepción, que labró a su costa en el desaparecido convento de San Francisco, paredaña al altar mayor. Los Neve realizaron grandes inversiones al hilo de la búsqueda de ascenso social para ennoblecer su linaje: fundaron capellanías y obras pías, invirtieron en una vida suntuaria, adquiriendo numerosas obras de arte y acabaron destinando parte de su peculio al mecenazgo. En esta tarea destacó especialmente el canónigo Justino de Neve, nieto del fundador del linaje, que llegó a ser amigo, cliente y promotor de Murillo, y a cuyos encargos se deben algunas de las grandes realizaciones del pintor. |
Retrato de Juan de Arias y Saavedra Bartolomé Esteban Murillo |
En el contexto de la religiosidad del Barroco, Justino de Neve fue un ferviente defensor de los sacramentos y la liturgia, devoto de los santos locales e impulsor del culto inmaculista, en cuyo empeño encargó a Murillo numerosas obras que servirían como estandartes en la propaganda de esta causa. Amigo y valedor de Murillo, de quien llegó a ser albacea testamentario a su muerte en 1682, su desahogada posición económica le permitió formar una importante colección pictórica. En ella figuraban numerosas obras encargadas al pintor, como así se manifiesta en el inventario de los bienes redactado tras la muerte del canónigo en 1685. Otro personaje destacable de la saga fue Luisa Francisca de Neve, nieta de Miguel de Neve el Mayor y prima de Justino de Neve. En 1636, fundó su padre Miguel de Neve el Menor un mayorazgo a favor de su hija, a la que dota con importantes bienes que le permitieran entroncar con destacadas familias locales. Luisa Francisca lo hizo primero con Juan Antonio Mañara -hijo del gran comerciante Tomás Mañara y hermano de Miguel, fundador del Hospital de la Santa Caridad y comerciante también durante su juventud- con el que tuvo un hijo en 1640, Jerónimo Francisco. Tras enviudar ese mismo año, casaría en segundas nupcias en 1641 con Juan Arias de Saavedra, con quien se convirtió en la primera marquesa del Moscoso en 1679. En la exposición Los Neve. Mercaderes, hidalgos y mecenas en la época de Murillo, comisariada por José Joaquín Rodríguez Mateos, el público visitante podrá contemplar documentos de este y otros archivos como el Histórico Provincial de Sevilla, el Municipal de Sevilla y el de la Catedral de Sevilla. Entre ellos destacan los testamentos de Juan de Neve y de Miguel de Neve el Menor, árboles genealógicos, documentos de compraventa de esclavos, testimonios de los escudos de armas de las familias Van der Linden y Van den Gouberghe, y la ejecutoria de hidalguía de Miguel el Menor y Juan de Neve. |
Retrato de Luisa Francisca de Neve Anónimo sevillano |
Del 18 de diciembre de 2017 al 27 de febrero de 2018 en el Archivo General de Andalucía
(Almirante Apodaca 4, Sevilla) Horario: lunes a viernes, de 09:00 a 14:30 horas.
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