MURILLO EN LA WALLACE COLLECTION

07/02/2013


 

 
 

La Anunciación

Hacia 1665-1670
Óleo sobre lienzo
228 x 171 x 15 cm
The Wallace Collection

 

La Wallace Collection de Londres alberga una de las colecciones más importantes del pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo en Gran Bretaña, con ocho obras capitales de su propia mano y varias realizadas por sus discípulos y colaboradores Francisco Meneses Osorio y Juan Simón Gutiérrez. Todas ellas fueron adquiridas por el cuarto marqués de Hertford. La exposición Murillo at the Wallace Collection: Painting of the Spanish Golden Age, que puede verse desde ayer hasta el próximo 12 de mayo en la sede de la colección (Hertford House, Manchester Square), está programada para coincidir en el tiempo con la exposición Murillo y Justino de Neve. El Arte de la Amistad (ver enlace), que actualmente se exhibe en la Galería Dulwich Picture.

Recientemente, los principales museos del mundo han comenzado a reevaluar las creaciones de Murillo, muy alabadas a lo largo de los siglos XVIII y XIX, cuando eran compradas con entusiasmo por los coleccionistas franceses y británicos. Sin embargo, desde mediados del XIX, su fama empezó a declinar hasta culminar en el desprecio del pasado siglo XX, cuando muchos vieron su arte como una decoración pasada de moda que solo era adecuada para las cajas de bombones. Libros recientes y exposiciones sobre Murillo han contribuido a restituir los méritos del artista y consolidar su importante posición dentro de la pintura europea del barroco.

Murillo es famoso tanto por sus cuadros religiosos como por sus escenas de la vida cotidiana, aunque con frecuencia se mezclan ambas temáticas en sus obras. Para el cuarto marqués de Hertford todos los asuntos del pintor tenían carácter sacro. Con estas pinturas devocionales Murillo comunica poderosamente las emociones humanas a través de sus personajes, dotándoles al mismo tiempo de gran belleza y gracia. Tales escenas, como La Anunciación de la Virgen o La Adoración de los Pastores, son una fusión de la tierra y el cielo, un potente mestizaje de gracia y humanidad. Son obras sencillas a la vez que imponentes, que transmiten una calma espiritual que contrasta con los turbulentos tiempos en los que fueron pintadas.

En 1674 el comerciante Giovanni Bielato donó un grupo de siete lienzos pintados por Murillo a la iglesia de los Padres Capuchinos en Génova. Seis de los cuadros fueron adquiridos en 1805 por el agente William Buchanan y llevados a Londres, acabando tres de ellos en la colección del cuarto marqués de Hertford. En una sala de la exposición Murillo at the Wallace Collection: Painting of the Spanish Golden Age, gracias al generoso préstamo de la residencia Wortham Park, las tres piezas de Hertford se reúnen con El Descanso en la Huida a Egipto, la única pintura de las tres restantes adquiridas por Buchanan que ha permanecido en el Reino Unido, de forma que los espectadores pueden percibir su impacto emocional original, aunque sea parcialmente.

Gran parte del indudable atractivo de estas pinturas es la fusión magistral de gracia divina y realismo terrenal que lleva a cabo Murillo. Su técnica expresiva y el uso de colores cálidos y delicados, crean un efecto sutil y nebuloso de luz y atmósfera. El estilo más libre y la más cálida paleta de las últimas obras del artista muestra su apertura a las fórmulas pictóricas del sfumato asociadas a los artistas venecianos, norteitalianos y flamencos, como Tiziano, Barocci y Van Dyck. Los responsables de la Wallace Collection esperan que su muestra sirva para favorecer la comprensión y el aprecio de Murillo como un protagonista clave de la Edad de Oro de España.

 

 
 

La Adoración de los Pastores

Hacia 1665-1670
Óleo sobre lienzo
167 x 240 x 8 cm
The Wallace Collection

 

Para reforzar aún más su propósito, la Wallace Collection ha designado como Pieza del Mes (febrero de 2013) una de las mejores piezas murillescas que conserva: el lienzo La Adoración de los Pastores, en el que el artista representa la presurosa llegada al establo de Belén de tres humildes pastores, los primeros en adorar al Niño Jesús una vez avisados por el arcángel San Gabriel mientras estaban cuidando sus rebaños.

El Niño, envuelto en pañales y acostado en el pesebre, está en el centro de la composición y emana una luz divina. Un eje diagonal de luz también fluye hacia abajo desde la cruz rodeada por ángeles que se sitúa sobre la cabeza del Niño en alusión al sacrificio que le aguarda en aras de la redención humana. La Virgen y San José presentan al Recién Nacido a los pastores, que responden con gestos de asombro y humildad. Traen con ellos un cordero atado, animal de sacrificio que simboliza la Pasión de Jesús. Detrás aparece una mujer que lleva una cesta de palomas, símbolos de la paz que Cristo ofrece a los hombres.

Murillo nació en el seno de una numerosa familia de Sevilla, ciudad andaluza con gran tradición artística que contaba entre sus miembros a Diego Velázquez; un coetáneo de Murillo, aunque de mayor edad, cuya obra también está representada en la Wallace Collection. A diferencia de Velázquez, Murillo decidió quedarse en su ciudad natal a pesar de su creciente fama. Tras el éxito de sus obras para la Catedral de Sevilla, pintadas a mediados de la década de 1650, fue declarado el pintor más importante de su ciudad. Posteriormente, trabajó continuamente por las instituciones religiosas hasta su muerte en 1682. También trabajó para coleccionistas privados, para quien pintó un número mucho más reducido de cuadros de género.

Murillo fue un destacado intérprete de la doctrina de la contrarreformista, cuyo mensaje pretendía hacer lo más accesible que fuera posible. La solución de Murillo fue única e innovadora. Evitando el tenebrismo dramático de su contemporáneo español Zurbarán o las composiciones abiertamente teatrales del Alto Barroco, se muestra partidario de representaciones tranquilas y reconfortantes de la Sagrada Familia. En La Adoración de los Pastores, sus tres integrantes están dotados de una gran belleza física y gracia, pero son descritos como un grupo familiar con el que el espectador puede identificarse. Se mezclan con la gente común de una manera muy humilde y mundana. Los tres pastores representan las tres edades del hombre, y la inclusión de la mujer y el niño como espectadores hacen de esta una visión universal de la gracia divina y la humanidad. Los objetos cotidianos, como la pila de cojines y un sombrero de paja, también están revestidos de dignidad.

Como todas las pinturas de Murillo en la Colección Wallace, La Adoración de los Pastores está pintado con la mencionada pincelada suelta que se corresponde con la fase tardía del artista (1665-1680). Este modelado suave fue descrito por sus biógrafos españoles por primera vez como "la hábil indecisión con la que se pierden los contornos". Es una de los siete pinturas que pertenecieron, en vida de Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682), al rico comerciante genovés Giovanni Bielato, que pasó buena parte de su vida en la ciudad de Cádiz, el gran puerto atlántico de España, y posteriormente las donó, como hemos dicho, a los capuchinos genoveses.

 

 
 

Los Desposorios de la Virgen

Hacia 1660-1670
Óleo sobre panel de caoba
106 x 90 x 13 cm
The Wallace Collection

 

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