El historiador Pedro Luis Echeverría Goñi ha atribuido al escultor e imaginero Juan de Anchieta (o Ancheta), principal iniciador de la escuela escultórica del romanismo vasconavarro creada durante el último tercio del siglo XVI, una hermosa talla romanista de Santa Catalina de Alejandría (1588) que recibe culto en la nave del evangelio, junto al coro, del templo parroquial de San Martín en el municipio navarro de Azcona (Valle de Yerri).

La imagen se halla dispuesta sobre una peana. Pese a su extraordinaria calidad y por estar descontextualizada, ha permanecido en el anonimato. Echeverría Goñi la atribuye a Anchieta, no solo por su ilustre comitente, el abad de la iglesia de Ciriza, Andrés López del Valle, quien ese mismo año de 1588, como albacea del obispo Pedro de la Fuente, le había encargado el retablo de San Pedro en Moneo (Burgos), sino por el estilo y la alta calidad técnica de esta matrona romanista, que delatan la mano inconfundible del guipuzcoano.

Su destino original fue el presbiterio de la ermita de su advocación, la que fuera parroquia del despoblado de Ciriza y luego abadía rural, en un término facero entre Azcona, a cuya iglesia estaba unida, y Arizaleta.

La devoción a la mártir de Alejandría estuvo muy extendida en Navarra, como lo demuestran las 7 parroquias, 22 ermitas, 10 cofradías y los casi 50 retablos (romanistas, en su mayor parte) a ella dedicados. Esta talla, que ahora Echeverría Goñi presenta en el último número de Estudios Atlánticos (Universidad de Burgos) como obra de Juan de Ancheta (Azpeitia, hacia 1530 - Pamplona, 1588), es la primera que se le atribuye en Tierra Estella, merindad navarra con numerosas imágenes de la santa de fines del siglo XVI y principios del XVII.