El polifacético escultor logroñés, afincado en Madrid, ha realizado para su ciudad natal un Cristo destinado a la presidencia de la nueva capilla de la Residencia "Santa Teresa de Jornet", gestionada por las Hermanas de los Ancianos Desamparados con el fin de atender a los mayores de 60 años carentes de recursos.

Representado vivo, este imponente crucificado (295 x 245 x 125 cm) ha sido tallado en madera de cerezo sin policromar. Su autor toma como punto de partida la tradición clásica heredada de los periodos renacentista y barroco, añadiendo elementos que se apartan un tanto de lo habitual en la imaginería y son más propios de las nuevas corrientes historicistas, como las muñecas horadadas por unos clavos que, al igual que la corona de espinas, presentan otra tonalidad para diferenciarse de la poderosa anatomía.

Más singulares son los cabellos, representados fuertemente alborotados por el viento, como una amalgama de hebras cristalizadas que apuntan con violencia hacia la derecha; la misma dirección que toman la cabeza y las piernas, en oposición al torso que gira hacia el lado contrario.

Pero si hay un elemento realmente innovador es la cruz, concebida como un bajorrelieve iluminado y separado de la escultura; la cual -como su obra Ingrávido (imagen inferior)- simula flotar en el aire, fijada solo con un discreto anclaje al mármol del presbiterio. Difuminado en sus extremos, dicho madero aporta, junto con la luz que proviene de la parte superior del altar, gran luminosidad al conjunto, recordando las representaciones en las que Jesús aparece como una fuente que irradia luz divina, transfigurándolo todo con su resplandor.

César Orrico (Logroño, 1984) es Licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense. Ha participado en muestras, ferias y certámenes de gran prestigio; el último evento, la London Art Fair -con la Galería Calderone, algunas de las obras presentadas en esta misma página-, celebrada entre los pasados días 18 y 22 de enero.