En estos momentos, los restauradores ultiman el montaje del retablo de la Capilla de los Velarde con la colocación del copete barroco que lo remata. La intervención ha durado cinco meses y, actualmente, se contempla tal y como sus creadores lo concibieron en el siglo XVI.

Para ello ha sido necesario recobrarla orientación original de algunos elementos, como los florones de la parte superior, que, según los anclajes iniciales, miraban hacia la nave central de la catedral y no al frente, posición en la que habían sido recolocados anteriormente.

La escultura del Cristo Crucificado de los Velarde, titular de la capilla y atribuido al afamado artista palentino Alonso Berruguete, ha sido objeto de una compleja restauración, iniciada el pasado mes de abril, por el taller de Jesús Puras. Al igual que el retablo, se hallaba afectado por el paso del tiempo, la carcoma, intervenciones poco adecuadas y sobre todo por la humedad que se filtraba desde el tejado y goteaba por la pared. Por eso precisamente se esperó a que finalizaran totalmente las obras de renovación de las cubiertas de la basílica para emprender los trabajos en la capilla de los Velarde, a la que se dotará también de un nuevo sistema de iluminación.

Aún no han terminado estos trabajos de restauración y ya están a punto de comenzar otros a pocos metros de allí, en la girola. La empresa asturiana MC Restauración y Conservación ejecutará una serie de obras dirigidas a la renovación de las bóvedas, afectadas por el paso del tiempo y por las vibraciones de la excavación realizada en las obras del Museo Arqueológico, en una parcela contigua a la catedral.