Bello Nazareno para la cofradía del Cristo de la Merced de la pedanía murciana de Puebla de Soto, donde ha tenido una gran acogida por parte de sus habitantes. Se trata de la última obra salida del afamado, reconocido y prestigioso taller del joven escultor e imaginero de Calasparra (Murcia).

Fue bendecida en la ermita de Nuestra Señora del Carmen del barrio de los Valientes, siendo luego trasladada en procesión a la Parroquia de Nuestra Señora de las Mercedes, donde recibe culto, con el fin de desfilar por las calles pueblanas el Lunes Santo bajo la advocación de Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Soledad.

Es obra de tamaño natural para vestir, trabajada en cedro con las policromías acabadas al óleo y las carnaciones al pulimento en tonos pálidos y azulados, típicos de la escuela murciana de escultura.

Páez Álvarez nos presenta un Nazareno joven, de mirada serena y penetrante. La barba rizada y partida en dos recuerda las ejecutadas por Bussy. La boca se halla ligeramente abierta, en actitud de tomar una bocanada de aire por el esfuerzo. Su rostro sereno y limpio, casi sin sangre, muestra facciones atractivas y delicadas, y trasmite tranquilidad y paz a pesar de tener que portar la cruz, abrazándola consciente en todo momento de su destino. La peluca y las pestañas de pelo natural en tono castaño claro, aportan naturalismo a la figura.

El Nazareno, ligeramente encorvado, se encuentra en actitud itinerante, con los pies desnudos y el izquierdo apoyado sobre un cojín. La túnica morada es de brocado valenciano, sujeta al talle por cíngulo dorado.