Imagen de talla completa en madera de cedro real que representa a San Judas Tadeo. Es la novena figura de un proyecto de trece que la Hermandad de la Santa Cena y Caballeros del Santo Cáliz, de la localidad valenciana de Torrent, encarga en 2013 al escultor e imaginero de Blanca (Murcia).

El nuevo conjunto sustituye a uno anterior del año 1958, tallado en madera de pino albar por el artista valenciano José María Farinós Bisbal y dispuesto en una mesa en forma de semicírculo. Para la ejecución de esta obra, restaurada en 1979, se convocó un concurso público.

Desde el año 2015, Molina Palazón ya ha entregado a dicha corporación las figuras de Cristo -con la advocación de Nuestro Padre Jesús de la Sagrada Cena- y los apóstoles Juan, Pedro, Bartolomé, Andrés, Tomás, Mateo, Santiago el Menor y San Judas Tadeo. La próxima talla a recibir será la de Felipe.

El santo que nos ocupa sigue la composición de los discípulos que acompañan al Maestro en el momento en que instituye la Eucaristía en cuanto a naturalismo anatómico, verosimilitud del gesto expresivo y austeros ropajes monocromos que se ciñen al cuerpo mediante un intrincado juego de planos cóncavos y convexos. No obstante, San Judas Tadeo se revela hasta la fecha como una de las obras más significativas del proyecto por el arriesgado tratamiento de los pliegues y su aspecto representativo, bastante distanciado del habitual.

Muy lejos de la idealización helenística que vemos en los simulacros de Judas Tadeo, esta creación sedente realizada por Molina Palazón a tamaño natural -mediría 175 cm de altura si se encontrara de pie- recrea a un hombre maduro pese a ser de la misma edad de Jesús, con el judaizante rostro demacrado y curtido, al igual que sus manos, por años de sol y duro trabajo como carpintero, pastor y campesino, según cuentan los libros apócrifos y la tradición de la Iglesia ante la carencia de datos en los textos sagrados.

Por último, resultan también sugerentes otros detalles que introduce el autor en busca de nuevas lecturas iconográficas, como la cabeza afeitada del santo, los dos mechones que nacen de su mandíbula a modo de barba o la sobrepelliza que se ajusta al talle y se sujeta con un broche sobre el hombro izquierdo.