SAN ANTONIO DE PADUA DE RUBÉN FERNÁNDEZ PARRA
28/12/2009
La última obra del escultor e imaginero sevillano Rubén Fernández Parra es una efigie de San Antonio de Padua para una colección privada de la localidad onubense de La Palma del Condado.
Se trata de una efigie que sigue los cánones y los gustos dieciochescos a la hora de interpretar al santo. Pese a ello, los ropajes se hallan resueltos con gran sobriedad, lejos del caprichoso dinamismo de la época, en el que sí podríamos encajar el gracioso escorzo del Niño sobre el libro, atributo típico del santo.
La pieza ofrece rostros afables, de facciones orientalizantes, y cabellos dispuestos en compactas masas. Tiene un tamaño de 70 centímetros y está realizada en madera de cedro real, dorada, estofada al temple huevo y policromada al óleo. Las pátinas acentúan la impronta añeja, habitualmente pretendida por el autor.
En la galería fotográfica, a la que se accede a través del icono, podemos apreciar la escultura a falta de las piezas de orfebrería que la adornan, como son la aureola y la azucena del santo, así como las potencias del Niño.
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