NUEVA OBRA DE ISRAEL REDONDO PARA MURCIA
02/09/2009
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La imagen, una Inmaculada realizada en terracota policromada de unos 60 centímetros de altura, es una interpretación iconográfica que tiene presentes en su ejecución cuatro pasajes de la Sagrada Escritura:
Apocalipsis 12, 1. Este pasaje, aunque se refiere a la Iglesia, es aplicable del mismo modo a María, que aparece como una figura portentosa en el cielo, mujer vestida de sol, la luna por escabel y coronada con doce estrellas. Hasta aquí es la interpretación más clásica que se le viene dando en el arte cristiano.
El siguiente fragmento pertenece al Génesis 3,15. Dios pone enemistad entre la serpiente-diablo y la mujer-María, entre tu linaje y el suyo; él (linaje, María) te herirá en la cabeza pero tú sólo herirás su talón. La serpiente aparece envolviendo el mundo, pero su dominio no es absoluto, aunque la presencia del mal en la tierra es innegable. En cambio, María pisa a la serpiente dando a entender que Ella está de parte de Dios colaborando activamente con Él: es la fiel esclava del Señor, es el triunfo del bien sobre el mal, de la luz sobre las tinieblas, de la salud sobre la enfermedad, de la gracia sobre el pecado.
En el globo terráqueo aparecen Adán y Eva en el paraíso terrenal justamente en el momento de la caída (Génesis 3, 6). Este detalle resulta altamente singular e ilustrativo. María es la Nueva Eva, la Madre del Redentor. Se trata de la antítesis Eva-María. Eva acoge libremente el pecado y por ésta también Adán. María, en cambio, se posiciona negativamente frente al pecado, acogiendo libremente el don de Dios. Si por la primera viene la muerte, por la Virgen María viene el autor de la vida y la salvación.
Y, finalmente el Evangelio del apóstol San Lucas (1, 28). María es la llena de gracia, así la saluda el arcángel San Gabriel. María participa de la gracia, santidad, de Cristo desde un lugar privilegiado como pura y humilde esclava del Señor. En general, se trata de una acertada, hábil y estética ejecución de la perfecta santidad de la Madre del Redentor desde el primer instante de su ser natural o existencia terrena.
Si pulsan en el icono, podrán ver más fotografías de una imagen cuyo candoroso y juvenil rostro recuerda al de la Virgen de la Salud del oratorio semipúblico de la Casa Madre de la Compañía de Hermanas de la Cruz de Sevilla, de ahí el título con el que es advocada: Nuestra Señora de la Salud en el misterio de su Concepción Inmaculada.
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