NUEVO RETABLO PARA LA CAPILLA DE JESÚS DE MOGUER (HUELVA)
05/10/2006
Se trata de un retablo pintado que trata de engañar al ojo del espectador como si se tratara de un retablo real con sus cuerpos, calles, columnas y molduras arquitectónicas. Su autor es Miguel Ollero Márquez, quien además de desempeñar labores de bordado y escultura a pequeño formato en la hermandad del Nazareno que ocupa la hornacina principal del retablo, también realizó entre los años 1999 y 2004 las pinturas al óleo que decoran el camarín del Cristo.
Según ha explicado el autor a lahornacina.com el frontal del altar mayor se está realizando con oro metal y pinturas al óleo. El diseño con estructura retablística pretende conseguir volúmenes basándose en estructuras arquitectónicas que soportan la hojarasca de la decoración. Los únicos elementos reales de la fábrica son la hornacina de San Sebastián, imagen de Luis Sergio Torres Ramírez (2002), y el arco de presentación al camarín de Jesús Nazareno, talla labrada en 1946 por Antonio León Ortega.
La hornacina del titular del templo se ha decorado con rojos por ser el color característico del santo, con abundante hojarasca perfilada y matizada. La parte exterior se adorna con una orla profusamente decorada y rematada con la Cruz de Jerusalén, símbolo que aparece en los documentos más antiguos de la hermandad como título que la liga a los Santos Lugares. Esta hornacina queda soportada por una estructura arquitectónica dibujada que enmarca el arco del camarín, combinando la hojarasca dorada con los fondos sombreados al óleo y dando lugar a un juego de sombras y luces que confiere volumen y se inscribe sobre fondos dorados. Se conjugan de esta manera los dos tipos de decoración: la dorada, más vistosa, y la realizada a base de estudios de sombras que aportan calidad al trabajo.
Aparecen en el diseño cuatro columnas, dos de ellas soportan la estructura central y las otras amplían el dibujo al paño central. Son columnas planas, con dobles molduras que aportan sensación de volumen y una decoración a base de oro y fondos al óleo, rica y minuciosa, buscando más en este caso la pura decoración y el contraste que define los pilares para evitar el riesgo de que la decoración enmascare la estructura arquitectónica principal.
En los laterales, entre columnas, se presentan dos pinturas al óleo con formato de medio punto. Representan a San Francisco y Santa Clara, titulares de los dos conventos de Moguer. Su presencia se justifica también por ser la Cofradía del Nazareno una corporación franciscana que tuvo su origen en el Convento de San Francisco, además de haber sido acogida provisionalmente en el Monasterio de Santa Clara y de contar con una reliquia autentificada de la santa de Asís.
Las pinturas recogen momentos de retiro y espiritualidad de los santos: San Francisco en su retiro de las montañas ante la Santa Cruz y Santa Clara en su celda, entre libros de oración y con el cofre en que guardaba al Santísimo. En la parte inferior de las mismas aparecen cartelas pintadas al óleo con los nombres de los santos, enmarcadas en rica decoración dorada, matizada y resaltada.
Por encima de las pinturas, se repite la hojarasca dorada de decoración y aparecerá, una vez concluida, la granada como símbolo y presencia de la Parroquia de Moguer. Los pilares se comunican en la parte alta con doble moldura y plano recortado que cierra la estructura retablística y se rematan con pinomas y cresterías. El medio punto superior será decorado con hojarasca, a juego con la usada en torno a la hornacina de San Sebastián, y el fondo será pintado al óleo con ángeles y querubines en diferentes planos, con el fin de resaltar la estructura dorada y aportar color y movimiento al frontal del altar mayor de la Capilla de San Sebastián o de Padre Jesús.
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