La conocida popularmente como Orden de Ermitas es un conjunto de subvenciones aprobadas por el Consejo de Gobierno de La Rioja, con destino a la Administración Local, para la restauración de ermitas, iglesias, retablos y otros elementos singulares. Este es el principal instrumento que el Gobierno de La Rioja, a través de la Dirección General de Cultura, dispone para ayudar a los ayuntamientos de la región en la restauración y mantenimiento de estos bienes cuya titularidad ostentan, de tal forma que puede llegar a financiar con ella hasta el 90 % de los proyectos.

Estas cuantía constituyen la apuesta del Gobierno de La Rioja por la conservación y pervivencia del ingente patrimonio de la región. Se articulan en el contexto normativo donde el titular de un inmueble de valor patrimonial (administraciones locales, Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, entidades privadas y particulares) es el responsable directo de su correcto mantenimiento, si bien requiere de la ayuda de la entidad de mayor rango (Gobierno regional, estatal, etcétera) para afrontar los elevados gastos que estos trabajos conllevan.

La Orden de Ermitas establece las bases reguladoras y el procedimiento de concesión de subvenciones destinadas a fomentar, mediante la financiación parcial de los gastos de capital, la restauración de emitas, iglesias, retablos y demás elementos singulares ubicados en La Rioja, tales como picotas, fuentes, cruceros, pináculos y otros de semejante naturaleza, con valor cultural, histórico o artístico.

A lo largo de este año 2024 se han intervenido hasta 50 elementos singulares, iglesias, ermitas o retablos de 45 localidades de La Rioja gracias a la Orden de Ermitas, que contempla una inversión global 1.845.000 euros distribuida en dos anualidades: 1.345.000 euros en 2024 y 500.000 euros en 2025.

Dentro de las 50 actuaciones, ya se ha hecho efectiva la entrega de la restauración del retablo mayor del Santo Entierro en la ermita de Santa María de los Dolores de Bergasa, atribuido al maestro arquitecto y escultor Juan Félix de Camporredondo, con policromía de Felipe Plano. Entre los tratamientos, se ha actuado en los soportes de madera haciendo frente a los ataques de termitas y atendido a diferentes fragmentos sueltos y volúmenes perdidos. Además, se han eliminado las capas de suciedad de las policromías y dorados, realizando una reintegración cromática y ofreciendo una protección final con un barniz sintético. Esta actuación ha planteado un coste total de algo más de 13.700 euros, de los que más de 9.800 euros se han afrontado gracias a la Orden de Ermitas del Gobierno de La Rioja.