Se trata de un simulacro de la Virgen del Carmen que el escultor e imaginero de Ronda (Málaga), afincado en la capital hispalense, ha realizado para el templo parroquial de Nuestra Señora del Carmen del Puerto de Burriana (Castellón). Tiene una altura de 130 cm y ha sido labrada en terracota policromada al óleo, con candelero interno de madera al ser una efigie concebida para vestir. Tanto las vestimentas de la imagen mariana como las del Niño Jesús han sido confeccionadas por el vestidor Antonio Jesús del Castillo.

La advocación mariana del Carmen se halla muy arraigada en la provincia de Castellón, tanto en los municipios costeros como en algunos del interior. Aquí el tipo iconográfico responde a la representación de María ataviada con el hábito de la orden carmelita, llevando al Niño en el brazo izquierdo y sujetando el escapulario con la mano derecha. El divino infante lleva también el emblemático atributo pero en su mano izquierda. Ambas piezas son de orfebrería, al igual que la corona y el cetro de la Virgen y las potencias del Niño.

Los estilemas de las figuras son los característicos del artista Pérez Rojas. La policromía de matices sonrosados es muy naturalista; los semblantes son cariñosos y expresivos, propios además en este caso de las escenas en las que tienen lugar las apariciones de la Virgen del Carmen a San Simón Stock y al profeta Elías como mediadora de todas las gracias; y los cabellos son de tonos castaños y mechones ondulados, peinados hacia la izquierda con gracioso flequillo infantil en el caso del Niño Jesús, que bendice a los fieles con la diestra.