LA ICONOGRAFÍA DE LA EXPECTACIÓN DEL PARTO POR ALBERTO PÉREZ ROJAS
24/01/2023
Fue San Ildefonso quien denominó la solemnidad del 18 de diciembre "Expectación de la Santísima Virgen". La inclusión de la misma en el calendario de festividades litúrgicas significó el nacimiento de una iconografía destinada a reflejar apropiadamente, no ya la Encarnación del Hijo de Dios en la Anunciación, sino la idea misma del embarazo de la Virgen María, cuya culminación aguardaban los fieles celebrando la festividad de la Expectación en los ocho días anteriores a la Navidad. La representación adecuada de la gestación de Cristo, como señaló Jacques Gélis, debió plantear numerosas dificultades a los artistas, y a priori podría pensarse que implicaría el recurso a elementos metafóricos o simbólicos. Pero al contrario, una gran mayoría de autores optaron por representaciones en las que el Niño se representa de forma explícita en el vientre de su madre. La representación de la Virgen encinta tiene su origen remoto en el Apocalipsis, donde se describe a la mujer vestida de sol que está a punto de parir y a quien, como es sabido, se identifica con María. Se trata de un tipo iconográfico relativamente frecuente desde la pintura medieval y los artistas expresaron la idea de la encarnación de Jesucristo en el vientre de su madre de varias formas. Las representaciones italianas, por ejemplo, suelen conceder importancia a la evidencia física del embarazo de la Virgen, mientras otros ejemplares aluden al embarazo de manera simbólica, disponiendo en el vientre de María un disco solar o un sol con facciones humanas. También hay obras que presentan al Niño claramente visible en el vientre de su Madre, que suele abrir los brazos para mostrarlo, si bien con posterioridad al concilio de Trento muchas de las imágenes europeas de este tipo, mostrando al Niño dentro del vientre de su madre, desaparecieron, pero siempre siguieron existiendo en el mundo hispánico. La obra que presentamos se bendijo el pasado 18 de diciembre en la parroquia del Corpus Christi de Málaga. Se trata de una imagen de la Virgen de la Expectación realizada en terracota policromada y dorada en oro de ley. Tiene un tamaño de 130 cm, sin incluir la peana dorada. Ya es la tercera imagen mariana de esta iconografía que el escultor e imaginero sevillano lleva a cabo tras las de Marbella y Montequinto. En este caso no se representa con el disco solar sobre el vientre ni con la embrionaria figura del niño en su interior, limitándose a una representación de María en estado de gravidez, con todo el realismo de la gestación, que convive con el recuerdo de la "línea S" tan aceptada por las damas elegantes. El estado de buena esperanza se refleja también en el gesto de felicidad de la Virgen y en la posición de sus manos, una sobre el pecho y otra sobre el redondeado vientre. A sus pies vemos una celestial con tres cabezas aladas de querubines. |
Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de la obra a través del icono que encabeza la noticia.
FUENTES NÚÑEZ RODRÍGUEZ, Manuel. "La Virgen de la O del antiguo trascoro de la catedral compostelana y su filiación conimbricense", en Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología (BSAA), tomo 47, Universidad de Valladolid, 1981, p. 413. AA.VV. La imagen religiosa en la Monarquía hispánica. Usos y espacios, Madrid, Casa de Velázquez, 2008, p. 84. |
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