La intervención de la imagen de Nuestra Señora de la Soledad ha sido realizada en las instalaciones que el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) posee en la capital hispalense.

Los trabajos han consistido en la limpieza superficial de la escultura; eliminación de los repintes; reintegración de las lagunas cromáticas existentes; ejecución de un nuevo candelero en madera de cedro, mismo material en que se hallan labrados el busto y las manos de la dolorosa; y colocación de un nuevo sistema de sujeción de la corona, desmontable y realizado en acero inoxidable.

La Virgen de la Soledad, titular de la Hermandad del Santo Entierro de Puerto Real, fue labrada en el año 1688 por Luisa Ignacia Roldán, popularmente conocida como La Roldana, siendo una de las escasas obras documentadas de la escultora, así como la única dolorosa de la que se tiene certeza fiable de su autoría.

Es por ello que, a los indudables méritos artísticos de la imagen, destacando sus expresivas facciones y el excelente modelado de sus manos, haya que sumar un valor histórico incalculable.

Anteriormente, consta que la dolorosa había sido restaurada en 1964 por el imaginero Tomás Chaveli Gibert, hijo del también escultor Ramón Chaveli Carreres, afectando la intervención a la policromía de la talla.