NUEVA OBRA DE FLORENCIO MAÍLLO PARA SALAMANCA

21/07/2024


 

 
 

 

El trasaltar de la Catedral Nueva de Salamanca acoge desde el pasado 16 de julio la obra El pensamiento ante el Misterio de la Creación, Redención y Resurrección, del artista salmantino Florencio Maíllo. Esta pintura, encargada por el fallecido canónigo emérito Daniel Sánchez, se alza imponente con sus 8 x 4 metros, llenando un muro que hasta entonces estaba desnudo y creando un rincón especial en el que se establece un diálogo artístico y espiritual con la talla románica del Cristo de las Batallas y la contemporánea Cristo vuelve a la vida de Venancio Blanco, ubicadas frente a la misma.

Para Maíllo este cuadro es la obra de su vida, el trabajo al que más tiempo ha dedicado y el encargo más importante por el marco excepcional en el que ha sido ubicado. Maíllo agradece haber podido trabajar con absoluta libertad, ya que Daniel Sánchez, fallecido en 2022, tan solo le dio el tema que tenía que tratar en su obra: el Padre eterno, el Calvario, la Crucifixión y la Resurrección, cuyas figuras tenían que ser de grandes dimensiones en función del tamaño del templo.

 

 
 

 

Tras recibir el encargo, Maíllo se puso a trabajar en su taller de Encinas de Abajo, comenzando por la elaboración de varios bocetos, que fue enseñando a Daniel Sánchez, hasta que ambos se decidieron por el más acertado en idea y espacio. El artista ha utilizado el procedimiento de la encáustica sobre aluminio, dividiendo en cuatro paneles una obra cuyo peso es de unos 800 kilos en su totalidad.

En la escena superior, se refleja a las dos personas de la Trinidad , con el Padre Eterno y el Espíritu Santo, integradas entre nubes, donde se pueden leer dos leyendas: "Ha muerto por cada uno de nosotros", a la derecha, y "Ha resucitado para daros la vida", a la izquierda. Sobre la escena, un arco de medio punto que representa la bóveda celeste. En esa zona de la obra, junto al Padre Eterno, tuvo la necesidad Maíllo de que estuvieran representados cinco familiares fallecidos: sus padres, sus dos hermanos y una de sus abuelas.

En la escena inferior de la obra se representa a Cristo crucificado formando un calvario con las figuras de la Virgen María y San Juan Evangelista, todo ello integrado en un paisaje que deja ver en su horizonte a la Catedral de Salamanca iluminada. No es el único elemento de la ciudad representado en el cuadro, ya que Maíllo quiso que estuviese presente otro emblema de la ciudad: la Casa de las Conchas; en esta ocasión, vinculado al orden estructural de las conchas en su fachada, y ubicar en esa misma distancia las saetas representadas en dicha escena.

 

 
 

 

Dichas saetas hacen referencia a la guerra de Ucrania, que estalló en pleno proceso de la obra. Maíllo quiso representar esas bombas de racimo que tanto dolor provocan, para transmitir esa sensación tan poderosa de dolor, con elementos cortantes en forma de triángulo, que están en movimiento y que están sangrando.

La obra se completa con la representación de la Resurrección en la parte inferior izquierda, con Cristo resucitado en fase de ascensión, San Pedro, Santa María Magdalena y de nuevo San Juan Evangelista. La escena va parcelada con la propia almendra de luz que envuelve al Resucitado, y por una celosía, como elemento externo, que la separa de la zona verdosa y central del cuadro, donde se aprecia otro elemento innovador: la imagen del Pensador de Rodin, que medita la Redención. El Resucitado está rodeado de doce cirios pascuales, y en el centro de las dos escenas inferiores puede leerse la siguiente leyenda en latín "Si consvrrexistis cvm christo qvae svrsvm svnt qvaerite qvae svrsvm svnt sapite".

 

 
 

 

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