La imagen del Niño Jesús, procedente de la iglesia de San Francisco de Tarifa (Cádiz), forma parte del conjunto escultórico denominado Sagrada Parentela, datado en el siglo XVIII. Es una obra de autoría desconocida y, aunque ha sido relacionada con el escultor genovés Jacome Vaccaro, estudios recientes la acercan a la mano del escultor malagueño Salvador Gutiérrez de León.

Francisco J. Flores Matute compara la pieza con otras obras de dicho imaginero, entre ellas, la Virgen del Carmen que se encuentra en la misma parroquia: "se observan todas las características propias de Salvador -al margen de las proporciones de cada una de las partes de sus rostros y cabezas, propias de un niño de escasa edad- vistas en el resto de sus esculturas: cabelleras parecidas en el tratamiento técnico -cortas y pegadas al bloque craneal en la mayoría de los casos- pero individualizadas hasta cierto punto si la situación del conjunto escultórico lo requiere; encarna duras claras con frescores marcados y cejas rubiáceas, cuellos tubulares con un pequeño hoyuelo en la base, etcétera".

La imagen del Niño Jesús, al igual que el resto del conjunto, está realizada en madera tallada, policromada y estofada. Su estado de conservación era deficiente, presentando pérdidas puntuales de policromía y destacando la falta de ambas manos. Los brazos también se encontraban despegados y habían sido unidos al cuerpo con clavos, tapándose las uniones con cera. Los desgastes eran numerosos en la túnica, especialmente en las zonas salientes. También presentaba un alto nivel de descohesión en la policromía, siendo la imagen del conjunto más deteriorada.

La intervención se ha dirigido a consolidar material y estructuralmente la obra, y a recuperar en la medida de lo posible su lectura original mediante la limpieza y reposición de los elementos perdidos, tomando para ello como referencia la imagen vecina de la Virgen del Carmen. Para ello se retiraron los elementos metálicos oxidados y la cera utilizada en intervenciones anteriores, uniéndose los brazos de forma correcta y reconstruyendo volumétricamente la zona con materiales adecuados. Por último, se reintegró la obra cromáticamente.