RESTAURACIONES DE LA FUNDACIÓN SANTA MARÍA DE ALBARRACÍN

27/08/2024


 

 
 
Estado inicial
 
 
 
 
Estado final

 

Los técnicos del Centro de Restauración de la Fundación Santa María de Albarracín han presentado a los vecinos de la localidad turolense de Iglesuela del Cid (Comarca del Maestrazgo) la intervención que han realizado en la bóveda sureste de la capilla del Santo Cristo de la Ermita de Nuestra Señora del Cid.

La decoración pictórica de la bóveda presentaba daños extensivos. Mostraba un estado general de suciedad, así como numerosos arañazos, faltantes y lagunas que, en algunos casos, fueron provocados intencionadamente en los disturbios de 1936. Existían también daños y cambios de coloración por efecto de antiguas filtraciones que, en algunas zonas, estaban comprometiendo la legibilidad del conjunto ornamental.

La restauración de los relieves y policromías en la bóveda ha incluido la limpieza, consolidación de áreas inestables, eliminación de repintes y salinidad, adhesión de estratos sueltos, recomposición de lagunas, reintegración cromática y protección final con spray fijativo.

Tras la limpieza exhaustiva, mediante procedimientos mecánicos y químicos, de la gran cantidad de polvo depositada sobre la superficie, se procedió sellar y reconstruir los faltantes volumétricamente. Los restauradores observaron que, en algunas zonas, debido a la humedad, la pintura se había perdido. Sin embargo, se conservaba el negativo del dibujo, gracias al cual, tras estucar las lagunas, pudieron realizar correctamente la reintegración de las pinturas con la técnica del estarcido, utilizando pigmentos y agua de cal. También pudieron recuperar la plata corlada en aquellas zonas donde no había sulfurado. Hay algunas zonas que, lamentablemente, no han podido ser reconstruidas porque, como hemos señalado anteriormente, fueron dañadas a propósito durante los sucesos de la Guerra Civil, y se han conservado así como testigo de ese acontecimiento histórico.

La capilla del Santo Cristo, situada detrás de la cabecera, fue construida en 1728 dentro de un edificio de origen gótico (siglos XIV-XV) que sufrió una profunda remodelación en 1546. El interior de la ermita, sus muros y bóvedas, aparecen profusamente decorados con motivos pictóricos rococó, con formas vegetales y representaciones de angelotes pintados en vivos colores como naranjas, azules, verdes, o cremas, y también unas cenefas realizadas en tonos grises y blancos.

 

 
 

 

Por otro lado, el pasado mes de junio volvió a su ubicación la imagen de la Virgen que corona la reja del coro de la Catedral de Teruel, después de casi un siglo desde su recuperación tras los bombardeos de la Guerra Civil.

Esta pieza de forja gótica del siglo XV ha sido meticulosamente restaurada, eliminando las capas de suciedad y pintura acumuladas a lo largo de los años para revelar su policromía original de la que, aunque desgastado, destaca el oro. Las áreas oxidadas han sido tratadas para inhibir la corrosión, y se han aplicado varias capas de protección, para posteriormente acabarla con un encerado y pulido.

Para la instalación de la Virgen se ha realizado una estructura nueva ya que una parte de la original se había perdido.

La imagen, cuya restauración comenzó el año pasado en el Curso de Conservación y Restauración de Materiales Metálicos, ha sido completada por el Centro de Restauración y hoy resplandece nuevamente en su lugar de origen.

 

 
 
Estado inicial
 
 
 
 
Estado final

 

Otra reciente intervención ha sido la del retablo de la Ermita de San Antonio del municipio turolense de Tronchón.

Se trata de un mueble de un solo cuerpo cuya imagen central la protagoniza un óleo sobre lienzo de la Virgen de los Dolores. Está datado en el siglo XVIII y se encontraba muy deteriorado, tanto estética como estructuralmente, por diferentes causas: ataques de hongos y xilófagos, depósitos de cera y humo, etcétera. En el entablamento se encuentra una laguna, perteneciente a algún elemento decorativo que desapareció.

Después de realizar un gran trabajo de limpieza, se procedió a la reintegración volumétrica y pictórica. Por un lado se intervino en la mazonería y por otro lado en el lienzo central, para posteriormente aplicar una capa de acabado y protección que permite que el retablo luzca en su lugar de origen en perfectas condiciones.

 

 
 
Proceso de intervención

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com