Santísimo Cristo de las Aguas en su Sagrada Lanzada, obra del escultor e imaginero jiennense José Miguel Tirao Carpio (Torredonjimeno, 1964) para el Grupo Parroquial de Culto de la Purísima e Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, Dulce Nombre de Jesús, San Francisco de Asís, Santísimo Cristo de las Aguas en su Sagrada Lanzada y María Santísima Reina de los Ángeles (Jaén). Esta última imagen mariana, dolorosa, fue presentada en La Hornacina el 20 de noviembre de 2016.

El Cristo de las Aguas representa el pasaje recogido por San Juan en su evangelio: "Sin embargo, uno de los soldados atravesó con una lanza el costado de Jesús, y enseguida salió sangre y agua" (Jn 19, 34). La talla formará parte en su momento de un misterio más amplio que representará la escena de la Sagrada Lanzada con la que las autoridades que ajusticiaron a Jesús completaron su muerte.

El autor lo muestra como un crucificado sereno, sin desgarro, caído y relajado, en el que nada sobresale de sobremanera, mostrando el final de "Jesús ha muerto". Un Salvador clavado en el madero por cuatro clavos. Un Cristo devocional que alcanza los 183 cm de altura, esculpido en su totalidad en madera de cedro real rosa. La cruz, tallada con forma cilíndrica y arbórea, mide 320 x 175 centímetros.

La herida de la lanza, alojada entre la quinta y sexta costilla, deja caer sangre y agua. El torso, girado hacia la izquierda, deja notar levemente la luxación del hombro derecho. La cabeza se desploma, cayendo ligeramente sobre el lado izquierdo, y la pierna derecha aparece montada sobre la izquierda. Un sudario clásico, de telas anudadas, y envolviendo el cuerpo sujeto con una cuerda, completa la composición de un Cristo sereno y dulce.