RESTAURACIÓN DE LA ERMITA DEL CRISTO DE LA LUZ EN TOLEDO

Pilar Hernández (30/03/2006)


 

 

Dos años serán necesarios para realizar las obras arqueológicas y arquitectónicas en la Mezquita del Cristo de la Luz, el monumento más antiguo de la ciudad de Toledo y uno de los ejemplos más claros de la convivencia de las tres culturas. El Consorcio de la Ciudad de Toledo, con la colaboración científica del Área de Historia Medieval de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Castilla-La Mancha, acometerán los trabajos necesarios para la rehabilitación de este monumento, cuya principal finalidad es hacer frente a las humedades que hacen peligrar los cimientos de esta obra de arte arquitectónica, construida en el año 999, aunque hay que tener en cuenta que el ábside es cristiano, construido con posterioridad al templo árabe.

Tras haberse realizado hace unos años unas obras que consistieron en recuperar la cubierta plana del edificio, ahora los trabajos intentarán resolver el problema de humedades que sufre la mezquita por las corrientes de agua subterránea que pasan por esta zona. Durante el tiempo que durarán las obras, la mezquita seguirá abierta al público, siempre y cuando no se interrumpa el trabajo y el acceso sea seguro.

Los trabajos se han dividido en dos fases. En primer lugar se harán excavaciones arqueológicas, que se prolongarán unos ocho meses y estarán dirigidas por Arturo Ruiz Taboada y Raúl Arribas Domínguez. Su finalidad es el conocimiento histórico arqueológico del monumento y de su subsuelo así como la restauración del edificio. La actuación arqueológica dará comienzo con la delimitación en la superficie de las áreas de intervención y se han establecido tres fases. La primera se hará en la parte septentrional de la mezquita, al norte del edificio y al oeste del muro de cerramiento con la calle. La segunda tendrá lugar en la zona perimetral inmediata a los muros del edificio del Cristo de la Luz. Y la tercera corresponde al subsuelo de la mezquita y se comenzará por el presbiterio y el transepto del inmueble. En el trabajo de laboratorio está previsto el lavado, siglado y estudio del material encontrado en la zona y posterior traslado al Museo de Santa Cruz.

La segunda parte de la obra consiste en la intervención arquitectónica, cuya dirección llevará a cabo Francisco Jurado Jiménez. Se trata de excavar el subsuelo del recinto y construir una "cámara bufa" en todo su alrededor para atajar las humedades. Con esta operación se pretende desviar toda el agua de la escorrentería inferior sobre la roca, que ahora se remansa sobre las fundaciones del edificio, hasta la cercana cloaca romana. Después está previsto consolidar las fábricas de dichas fundaciones para finalmente crear unos espacios ventilados. Hace ya más de diez años que se realizó una intervención similar en el subsuelo de la Sinagoga de Santa María la Blanca, también en Toledo. Francisco Jurado asegura que en las fábricas de ladrillos, además de fisuras y grietas debidas a problemas estructurales, las humedades que salen desde el interior de los muros hasta evaporarse en el ambiente exterior destrozan literalmente las cerámicas, llegando a pulverizarlas.

La actuación también prevé la restauración de las bóvedas, que sufren importantes fracturas; la limpieza de la inscripción original, donde se aprecian costras de suciedad, deshojamientos de láminas de cerámica y degradación de rejuntados; y la limpieza de las yeserías originales. Además, siempre que no sea lesivo para las fábricas existentes, se eliminarán revestimientos de cemento y guarnecidos de mortero de yeso no originales.

 

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