VIRGEN DE LA MERCED DE RAÚL TRILLO PARA MÁLAGA
23/03/2009
La iconografía tiene su origen en la primera mitad del siglo XVII, como parte de la escenificación de un legendario y milagroso episodio de la vida de San Pedro Nolasco, fundador de la Orden de Nuestra Señora de la Merced.
Según la narración del milagro, en el convento barcelonés de Santa Olalla, los frailes no asistieron a maitines salvo el mencionado santo, quien al entrar al coro del cenobio se asombró de ver cómo la Virgen presidía el rezo a unos ángeles vestidos de frailes desde el sillón del comendador o superior, de ahí que, a partir del establecimiento de la orden mercedaria por el rey Jaime I de Aragón, se la venere como Superiora o Comendadora en todos sus conventos.
La efigie está vestida con el hábito mercedario y capa prendida por el escudo de la orden. Su mano derecha se dispone sobre el pecho, en actitud de iniciar la señal de la cruz, mientras la izquierda porta el libro de rezos, entreabierto con el dedo índice. El rostro, de mirada frontal, se enmarca por una larga, rizada y oscura cabellera tallada que, partida en dos, cae por ambos hombros.
Una nube con la media luna bajo los pies de la Señora de la Merced, a modo de escabel, se adorna con varios querubines. María figura sedente sobre rico sillón, acogido en su parte superior por pequeños querubines y angelitos de cuerpo entero que flanquean su cabeza, dando la impresión de estar coronándola.
Si pulsan en el icono, podrán ver más fotografías de la nueva imagen de Raúl Trillo, realizada en madera de cedro, dorada, estofada en relieve y policromada siguiendo las tecnicas más antiguas, recreando los postulados de las escuelas malagueña y granadina impuestos por artistas como José de Mora, Fernando Ortiz o Pedro de Mena. Su destino es el frontal del trono de la Virgen del Amor, de la popular cofradía malagueña de Jesús el Rico.
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